Islandia jugaba su primer partido en una Eurocopa. Para un país con escasa tradición futbolística, era todo un acontecimiento. Al frente estaba la Portugal de Cristiano Ronaldo, siendo el astro del Real Madrid una de las grandes atracciones del torneo. Los vikingos, el país más pequeño en jugar una Eurocopa (tiene una población de 330 mil habitantes), les sacaron un punto a los portugueses. Fue 1-1, en Saint-Étienne.
Para CR7, el partido significaba alcanzar a Luis Figo como el jugador con más presencias en su selección, con 127. No obstante, el campeón de la Champions no tuvo una gran actuación.
El primer tiempo tuvo como dominador a los lusos. Pese a que la primera ocasión de gol fue para Islandia (Rui Patricio le atajó un remate a Sigurdsson en los 4'), fue el plantel de Fernando Santos quien controló la pelota. Les costó profundizar. Ni la presencia de Cristiano significó que el ataque portugués fuera prolífico.
En los 21', una de las más claras del juego. Un centro de Ronaldo encuentra la cabeza de Nani y el arquero Halldorsson le ataja con los pies. Era un aviso. Todas las pelotas buscaban a Cristiano. Su dupla con Nani, en la delantera, era lo más peligroso del equipo, aunque la cerrada defensa islandesa presentaba resistencia. En los 31', Portugal abre la cuenta. Un centro bajo de André Gomes encuentra a Nani, y el ex jugador del Manchester United remata al primer palo. Ese gol parecía inclinar la balanza hacia Portugal, pero con poco Islandia se las ingenió para sorprender.
La jornada del meta Rui Patricio era tranquila, hasta el minuto 50. Un centro pasado que llega al volante Birkir Jharnason, quien aparece por la espalda del lateral Vieirinha, y de primera empata. Un gol histórico para un partido histórico. Desde entonces, Portugal intentó penetrar el área rival pero sin éxito. A cinco minutos del final, Cristiano tuvo el gol de la victoria, pero su cabezazo fue directo a las manos de Halldorsson.
El próximo rival de Portugal será Austria, este sábado 18, en París, mientras que Islandia chocará con Hungría, también el sábado, en Marsella.