El presidente de Islandia no firmará una ley para devolver más de US$5.000 millones perdidos por ahorradores del Reino Unido y Holanda tras el colapso de los bancos de la isla, creando un nuevo problema político en el país afectado por la crisis.
Se considera que el rechazo del presidente Olafur Grimsson a firmar la impopular ley coloca en grave peligro la ayuda de prestamistas internacionales, al igual que las aspiraciones de Islandia para unirse a la Unión Europea. La ayuda financiera es vital para Islandia tras la debacle económica.
Sólo una vez en los 65 años de historia de la república, un presidente, cuyo mandato es principalmente simbólico, se ha negado a firmar una ley para que entre en vigor. La Constitución requiere que el asunto sea sometido a una votación popular si el presidente se niega a promulgar la ley.
"Cada vez se hace más palpable que el pueblo debe estar convencido de que ellos determinen el curso futuro", dijo Grimsson en rueda de prensa.
"La implicación de toda la nación en la decisión final es por lo tanto una condición necesaria para una solución exitosa, para la reconciliación y recuperación", agregó.
El Ministerio de Finanzas de Holanda dijo que estaba "muy decepcionado" y que exigiría una explicación inmediata. El Tesoro británico dijo que consultaría con Islandia y llevaría el tema a la Unión Europea, donde el Reino Unido y Holanda tienen veto sobre el ingreso de Reykiavik a la UE.