El borrador de un proyecto de ley israelí que proscribiría el uso de la palabra nazi en la mayoría de los casos ha generado un debate sobre la libertad de expresión en un país que surgió de las cenizas del Holocausto.
Siete décadas después, los recuerdos del exterminio de millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial permean prácticamente todos los aspectos de la vida en Israel. Las figuras públicas y grupos de intereses con frecuencia invocan el genocidio de la guerra para obtener puntos políticos a favor, y la palabra nazi y los símbolos del nazismo se han incorporado al discurso israelí al paso de los años.
El proyecto de ley impondría una multa de 100.000 shekels (cerca de 29.000 dólares) y seis meses de prisión para todo aquel que use la palabra y los símbolos del Tercer Reich de Adolfo Hitler en una "manera incorrecta o inapropiada". Los contextos educativos y presentaciones artísticas estarían exentos.
El parlamento israelí, la Kneset, aprobó de forma preliminar la medida el miércoles, pero aún debe superar otras tres lecturas y discusiones de comité antes de convertirse en ley. Un intento similar en 2012 no fue aprobado por el comité en medio de la oposición.
Quien la propuso, Shimon Ohayon, del partido Yisrael Beitenu de línea dura, dijo que la ley colocaría a Israel a la par de otras naciones "que combaten el antisemitismo". Reconoció que la aplicación de la ley dependería más que nada en que reportes de violaciones hechos a la policía.
Los detractores argumentaron que la medida pone en riesgo la libertad de expresión en un país que se enorgullece de ser una democracia en la volátil región dominada por monarquías y líderes autoritarios.
"Semana tras semana quieren callar las bocas y dañar la libertad de expresión", dijo Zehava Galon, líder del Partido Meretz de la oposición.
Seis millones de judíos fueron asesinados en el sistemático esfuerzo nazi de exterminarlos en toda Europa.