Ante el incremento de los disparos de proyectiles por parte de milicianos palestinos, Israel lanzó desde la madrugada de ayer una gran ofensiva aérea contra la franja de Gaza, pero el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que podría ampliar la acción con una misión terrestre. Es hora de "quitarse el guante de seda" en la lucha contra Hamas, dijo el jefe de gobierno, antes de mantener una reunión con representantes de las fuerzas de seguridad en Tel Aviv.
De cumplirse esa advertencia, sería la tercera invasión militar israelí en los últimos años, ya que en diciembre de 2008 lanzó la operación Plomo Fundido y en 2012 la operación Pilar Defensivo. Hasta ayer, unos 22 palestinos habían muerto y otros 80 habían resultado heridos por esta ofensiva. Entre los fallecidos había ocho civiles, tres de ellos niños, mientras que el resto eran miembros de Hamas y la Jihad Islámica, según fuentes palestinas.