Israel reunía tanques y tropas frente a Gaza con el objeto de reforzar su presencia militar y prepararse ante una eventual invasión terrestre del enclave palestino, tras 48 horas de ataques aéreos y luego que un misil lanzado por las miliacias de Hamas cayera al suroeste de Jersulalén, por primera vez desde 1975.
Prueba del reforzamiento de tropas es que el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, aprobó hoy una petición especial del Ejército de ampliar el alistamiento de reservistas por encima de los 30.000 a los que dio luz verde ayer. Ya comenzó el alistamiento de los primeros 16.000 reservistas y se autorizó finalmente a 75.000 hombres. El Ejército cerró el tránsito civil en tres carreteras que conducen o limitan con la Franja, en un indicio de un probable despliegue en la zona.
"Hoy, Barak autorizó al Ejército a ampliar la cuota de reservistas más allá de la cifra originalmente definida", dice un comunicado del ministerio de Defensa, que especifica que la decisión debe aún ser aprobada por el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Los nueve ministros más destacados del Ejecutivo se reúnen esta noche en Tel Aviv y se prevé que den su visto bueno a la medida.
El Ejército presenta el citado plan tras valorar que no será suficiente con los bombardeos aéreos para "imponer" al movimiento islamista un alto el fuego duradero, según el comentarista militar del Canal 10 de la televisión israelí, Alón Ben David.
Hasta ahora ningún soldado israelí ha cruzado oficialmente al territorio de Gaza, pero son miles, apoyados por unidades blindadas, los que van tomando posiciones en toda la zona fronteriza. De salir adelante la operación terrestre, la Brigada de Infantería Guivati y la de Paracaidistas llevarán el peso de la invasión junto a una brigada blindada que ya se encuentra en la zona.
Tras ellos, las unidades de reservistas se encargarán del control de las zonas que vayan siendo tomadas.
Según consigna Reuters, entre las unidades ya acuarteladas frente a Gaza está la brigada israelí de paracaidistas, cuyo comandante, el coronel Amir Baram, dijo el mes pasado que al planear las tácticas estudió las escaramuzas de la Primera Guerra Mundial en Gaza entre las fuerzas británicas y los turcos otomanos.
El ministro de Defensa, Ehud Barak, dijo al Channel 2 de televisión que si sus tropas recibieran orden de intervenir, "tendrán que ir casa por casa, y entonces necesitaremos las
lecciones del pasado".
RIESGO DE CRISIS
Entre esas lecciones aprendidas está la de que la empobrecida población de Gaza de 1,7 millones de habitantes es vulnerable a las crisis humanitarias, lo que podría suponer una controversia internacional para Israel.
Desde la última guerra en Gaza en el 2008 y el 2009, el Ejército israelí dice que ha asignado a parte de sus regimientos "oficiales de ayuda" que hablan árabe para dirigir a los civiles palestinos lejos del peligro.
A juzgar por el ritmo de las ofensivas anteriores en Líbano y Gaza, podría llevar varios días más entrenar y equipar a los reservistas israelíes para intervenir. El Ejército declinó dar detalles sobre dónde servirían los reservistas, pero los medios locales indicaron que se ha incluido personal de unidades de retaguardia que hacen sonar las sirenas durante ataques de cohetes desde Gaza y asesoran a la población sobre dónde guarecerse.
Aunque al menos 340 de los misiles se han disparado desde el estallido violento del miércoles, los israelíes dicen que han hecho avances estratégicos sobre el terreno al destruir unos 20
cohetes Fajr con alcance de 75 kilómetros, capaces de golpear el interior de Israel.
El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, ha transmitido a varios de sus homólogos en el mundo que su país quiere "crear un efecto disuasorio" en Gaza con su ofensiva, no pactar una frágil tregua. El "efecto disuasorio" que Israel busca con su operación "Pilar Defensivo", en la que han muerto veinte palestinos (más de la mitad civiles), tiene como objetivo "impedir que los palestinos en Gaza empleen el terrorismo contra Israel", cita Efe.