El reloj comenzó a correr en contra del senador UDI Iván Moreira, hoy desaforado. En 15 días aproximadamente debe ser notificado del fallo de desafuero emitido en su contra por la Corte Suprema el viernes 3. A partir de entonces, no podrá asistir a las comisiones del Congreso ni participar de las votaciones de sus pares. Aquí recuerda los inicios del caso Penta, las razones de por qué pidió a sus cercanos boletas por $ 38 millones para financiar su campaña en 2013 y reitera que no se arrepiente de haber reconocido sus acciones cuando otros "se escondieron detrás de una mentira".
¿Cuál es su sensación luego de que la Corte Suprema confirmara su desafuero?
Sentí decepción, porque estoy convencido de mi inocencia y de que no he cometido ningún delito. Pude haber cometido una infracción electoral, pero jamás un delito tributario. Este ha sido un peregrinaje muy duro de prácticamente dos años, en que he tenido que vivir una pesadilla, una verdadera persecución política. Se ensañaron conmigo, con mi mujer, mi familia y con las personas que trabajan conmigo.
Ha sido el único político que reconoció haber solicitado boletas para el financiamiento irregular de su campaña. ¿Se arrepiente de ello?
No me arrepiento de decir la verdad. La lealtad y la consecuencia han sido características de mi vida política y mi conducta personal. Dije que el mecanismo que utilicé era irregular, que las personas que emitieron las boletas trabajaron conmigo, que recibieron una remuneración y eran gastos de campaña electoral como está establecido, por lo tanto, de ideológicamente falsas las boletas no tienen nada, lo que ocurrió fue que un tercero pagó servicios prestados en mi campaña electoral.
¿Por qué pidió dinero a Penta? ¿Conocía a Carlos Alberto Délano o a Carlos Lavín?
Formalmente le pedí recursos a Hugo Bravo. En ese tiempo mandé una carta a muchas personas pidiéndoles ayuda para financiar mi campaña. Muchos de ellos no me dieron, ya que a mí me mandaron a morir a la Región de Los Lagos. Tuve que tocar más puertas de lo habitual. Yo iba a perder, y si fui de candidato fue por una cuestión de dignidad personal. Todo el mundo sabe que no pertenezco a ninguna casta, jamás he sido protegido de nadie y no tengo padrinos políticos. Todo lo que he logrado en mi vida es por meritocracia. Frente a ese gran desafío que suponía mi campaña senatorial tuve que conseguir los recursos.
¿Cuál era su relación con Hugo Bravo?
Era una persona que me estimaba y al que yo estimaba. Lo llamaba por teléfono, lo saludaba para su cumpleaños de repente, no era un amigo íntimo, pero lo conocía… Porque cayó en desgracia no voy a hablar mal de esa persona. Yo ya no tenía dónde golpear. Esa es la explicación de por qué tuve que llegar a Penta y me entendí siempre con Hugo Bravo.
Bravo murió en febrero. ¿Alcanzaron a hablar este tema?
No. Él estaba muy enfermo y afectado, pero lo dije el primer día: no le ando echando la culpa a nadie. Lo que sucedió se dio por otras razones... Si no hubiera existido Hugo Bravo o esta situación que afectó a Penta, las campañas se seguirían financiando tal como se han financiado desde siempre, al menos desde 1989. La verdad es que no tengo que perdonar a Bravo por nada, no veo ninguna intencionalidad de parte de él en contra mía. Me tocó la mala suerte de que en ese computador había correspondencia en la que yo pedía ayuda para financiar una campaña electoral y se ha tratado de caricaturizar eso por parte de la fiscalía por el lenguaje, y es solamente el lenguaje de dos personas que se conocen.
¿Sabía que las empresas rebajaban impuestos cuando les pedía que lo apoyaran en sus campañas?
Obviamente que no. Uno no conoce cómo las empresas manejan su contabilidad. Yo lo único que pensaba en ese minuto era en obtener recursos para mi campaña.
Todos pueden entender que hacer una boleta falsa no está bien...
No me reuní con Hugo Bravo para decirle que rebajara impuestos. Me reuní con Hugo Bravo para pedirle ayuda para mi campaña, él me dijo cómo tenía que hacerlo y jamás me dijo que con esto la empresa bajaría sus impuestos.
¿Se arrepiente de haber pedido a sus cercanos que emitieran boletas?
A estas alturas del partido uno tiene con humildad un grado de arrepentimiento sobre lo que pasó. Seré roble para mis cosas, pero también soy humano, y todo esto me ha dolido. Tengo hijos, tengo mujer, tengo gente que trabaja conmigo y las filtraciones me hacían parecer como una persona que era culpable de mil delitos.
¿Le parece que Hugo Bravo le hizo un bien a la política al destapar los casos de financiamiento irregular?
Lo que pasó con la política fue un remezón muy grande, y si eso no hubiese sucedido, nos hubiésemos demorado en aprender la lección. Lección que, en todo caso, el mundo político aprendió de forma inmediata. Por eso encuentro muy injusta la actitud de la fiscalía, del mismo SII, porque vieron a un Parlamento preocupado con convicción por cambiar las cosas, porque los estándares éticos subieron. Empezamos a hacernos una autocrítica y a tener un mayor reproche moral sobre las cosas que estaban sucediendo. Hasta entonces, en el mundo político nadie se cuestionaba estas prácticas. Para todos era un hecho lícito, había un vacío legal total. Desde el primer momento he sido el único político en Chile que dijo la verdad.
Cuando hace su primera declaración, hace dos años, varias figuras de su partido estaban bajo la lupa de la fiscalía y la opinión pública. ¿Cómo recuerda esos momentos en la UDI?
Cuando hay crisis siempre hay desesperación en un primer momento. Lo importante es que luego viene la tranquilidad que permite tomar las decisiones correctas, y creo que la UDI defendió a su gente, su presunción de inocencia y que no nos dejamos arrastrar por ésta que fue la primera retroexcavadora que hubo de parte del gobierno. Yo sólo me senté a asumir mi responsabilidad. Me sentí bien acompañado por Ernesto Silva, Hernán Larraín, Víctor Pérez. Y también me he sentido acompañado hoy por la presidenta del partido, Jacqueline van Rysselberghe. Me ha sorprendido su valentía y su actitud conmigo. Es bien sabido de que no la apoyé para su candidatura a presidenta de la UDI, al contrario, fui muy activo en la campaña de Jaime Bellolio. Estas cosas se valoran y no se olvidan. Y también el Presidente Piñera.
¿Hubo hipocresía del mundo político cuando estallaron estos casos?
Esta era una práctica habitual. En los pasillos y al oído, todos me decían –de izquierda, derecha y centro- 'esto es lo más injusto que ha ocurrido'. Seguramente por temor, todos callaron. Indudablemente, hubo una molestia cuando dije -y lo repito- que no he hecho nada distinto a lo que toda la clase política ha hecho. Y después se empezaron a conocer una serie de casos similares y mucho más graves y delicados que el mío.
¿Recuerda algún episodio en particular que le haya generado tristeza o rabia respecto de la reacción de algunos de sus pares?
Me dolió y hasta el día de hoy me duele que el senador Manuel José Ossandón nos haya tratado de tramposos. Que habíamos ganado con trampa. Eso ha significado que hoy día no tenga ninguna relación con él, ni ningún contacto. Salvo en la comisión que presido, que es la Comisión de Vivienda, donde él es parte. También me dolió de parte de otros parlamentarios que rasgaron vestiduras, conociéndole que tenían tejado de vidrio.
¿Por qué la clase política no estuvo disponible para llegar a un acuerdo global sobre este tipo de casos?
En un principio, el gobierno y, fundamentalmente, el ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo tuvo una actitud de adolescente por falta de experiencia política. Él vio una fórmula para deshacerse de la UDI, pero lo que él no previó y dónde demostró su inexperiencia fue que su actitud llevó, en definitiva, a que se detonara una verdadera bomba de tiempo en la política chilena.
No pocos han señalado que las prácticas de financiamiento irregular constituyen una forma de corrupción. ¿Cree que hizo trampa en su elección parlamentaria?
Pensar que porque uno hace propaganda que es costosa en los medios de comunicación y que por eso gana es subestimar a la gente. Callé en mi campaña-por ejemplo- que me había convertido a una iglesia metodista pentecostal que es la Catedral Evangélica de Chile. Jamás lo dije frente a la adversidad, no usé ninguna estrategia, ni me aproveché de nada. Yo fui a la calle y lo que me hizo ganar fue estar allí, conversar con la gente, mi trayectoria. Esas son las cosas que me hicieron ganar, porque no se olvide que yo no solamente competía con la Nueva mayoría, sino que también con la Alianza y mi propio partido, que no me acogieron y que incluso trabajaron en mi contra.
Acusó criminalización de la política luego de que la Corte Suprema diera luz verde a su desafuero y el fiscal Manuel Guerra retrucó que era usted quien había cometido un delito...
Lo más grave en este caso es el trato desigual de parte de la fiscalía. Quiero dar un solo ejemplo, que es elocuente y que está acreditado. El ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo hizo exactamente y quizás mucho más que yo. Y él no fue formalizado, no fue nunca más requerido. Él hoy día está tranquilo, feliz, fuera del país estudiando inglés. Ese es un trato desigual. ¿Por qué? ¿Porque era ministro? ¿Porque no se investigó? ¿Por qué para algunos sí, para otros no?
¿Qué respuestas se da usted?
Me convencí de que acá, más allá de actuaciones mediáticas de un fiscal, ha habido una persecución política hacia la UDI. ¿Por qué se demoró tanto la fiscalía –dos años- en pedir mi desafuero teniendo todos los antecedentes sobre mi caso agotados? Creo que es por el simbolismo de lo que represento para la derecha y para el gobierno militar. No es ninguna novedad que el fiscal Gajardo es una persona de izquierda, de un resentimiento muy grande, basta que vean los tuits que él en forma permanente escribe.
Dice que ha existido ensañamiento por su condición de pinochetista…
¡Pero por supuesto! Por ser pinochetista, por haber apoyado el régimen militar, por lo que yo soy, si yo soy un emblema. Durante dos años fui investigado, abrieron mis cuentas, vieron todo el financiamiento de mi campaña. ¿Por qué esperaron dos años?
¿No le da garantías la Fiscalía Nacional?
No me da garantías el fiscal dedicado al Twitter. El fiscal ocupa el Twitter para comentar procesos penales, para generar un efecto de opinión pública favorable a sus causas y va mucho más allá, porque llega hasta la opinión política. Sólo bastaría que en aras de la seriedad el fiscal nacional prohibiera el Twitter. Y si no lo quiere prohibir, al menos que prohíba que sea usado para comentar causas pendientes.
Usted se inhibió en su minuto de votar en la designación del fiscal nacional. ¿Esperaba más de Jorge Abbott?
Me abstuve porque encontré que conocía una causa que decía relación conmigo. Esperaba de parte del fiscal nacional una actitud en el sentido de que la fiscalía tuviera un solo criterio. Vemos que mientras el fiscal Pablo Gómez, que lleva el caso de SQM, actúa con responsabilidad en mérito de cada una de las personas imputadas y, según el caso, dándoles suspensiones condicionales, por otra parte vemos a la Fiscalía Oriente que todo lo posterga, todo lo guarda.
¿Está disponible para un acuerdo de salida alternativo con la fiscalía?
A la fiscalía no le creo nada, porque su palabra nunca se cumple. No he cometido ningún delito. Me da tranquilidad que la mitad de la Corte Suprema piense lo mismo que yo. El fallo de desafuero indica que la mitad de la Corte Suprema entiende que no he cometido ningún delito y la otra mitad deja para una instancia posterior esa declaración de que no he cometido ningún delito.
Entonces usted concurrirá a un juicio oral…
Voy a llegar hasta el final. Quiero que la justicia me absuelva y me declare inocente. Tengo derecho a pedir un juicio justo y rápido, porque no se pueden alterar las mayorías o minorías en el Congreso. No se puede tener a una persona por años buscándole subterfugios para que esto no tenga el curso que la ley establece en los tiempos que establece. Yo seguiré siendo senador de la República, tengo una suspensión en materia legislativa para votar y para legislar. Los impedimentos que tengo mientras dure el juicio oral son solo dos: no puedo asistir a la sala a votar y participar de las comisiones. Todo lo demás, como labor parlamentaria, la seguiré desarrollando y con mayor intensidad... Y además iré a la reelección y esa será mi verdadera prueba de fuego, yo siento que el costo político inicial se revirtió con la verdad, porque los demás se escondieron detrás de la mentira.
¿Qué opinión le merece la situación de Jovino Novoa, quien se allanó a un procedimiento abreviado?
Cada uno tiene que tomar sus decisiones. Yo tomé la decisión personal de seguir adelante y defenderme.
¿Y situaciones como la del senador Rossi, que no estuvo disponible para ir a la audiencia de desafuero, o el senador Pizarro que no reconoce la práctica?
Cuando uno está en un problema de esta naturaleza, cada uno debe tomar sus propias decisiones, por decirlo así... Es el pellejo de cada uno. Yo no estoy dispuesto a manchar una vida de rectitud por una persecución política y por tener una vida más placentera y menos presionada como la que he tenido en el último tiempo.
¿Cree que la UDI ha sido dañada en este proceso?
Sí, la UDI ha sido, por supuesto, dañada en su honra, en su esencia.
Ha sido tema en su partido que no se hayan aplicado medidas disciplinarias a los involucrados en temas de financiamiento irregular...
Si los otros partidos por un tema más bien mediático y electoral han tomado ese tipo de decisiones, ellos tienen que hacerse cargo de sus decisiones, pero en la UDI creemos en el principio de presunción de inocencia y no se puede condenar anticipadamente a una persona cuando no ha sido condenada por los tribunales de justicia.
Si usted es condenado, ¿va a renunciar a su partido?
Si soy condenado, que no va a ser así, pondré en manos del Tribunal Supremo de mi partido los antecedentes, ellos son los que tendrán que ver.
¿Sintió en algún minuto que estaba amenazada su carrera política? ¿Pensó en el retiro?
Sí... Esto es lo más duro que me ha pasado en política. Teniendo que pasar por situaciones muy difíciles durante estos 25 años en política, todo esto ha sido más duro.R