"Sólo quiero ser una buena hija", ha dicho Ivanka Trump, la hija mayor del Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. La mujer ha insistido en que no tiene ambiciones y que no busca un puesto en la Casa Blanca. Pero mientras la esposa del empresario y próxima Primera Dama, Melania Trump, pretende quedarse en la Torre Trump de Nueva York por la educación de su hijo, Ivanka, busca mudarse a Washington con su familia para estar cerca de la Casa Blanca y de su padre. Y cada vez se le ve más involucrada en los asuntos del republicano. Muchos ya la llaman la "Primera Hija".
De 35 años, ha sido Ivanka quien ha estado al lado del Presidente electo en todo momento y ha sido clave en su equipo de transición, además de ser un ícono de la moda y de mujeres exitosas. Ha asistido a reuniones con asesores políticos de Trump, con los posibles miembros de su gabinete, con líderes mundiales -se reunió con el primer ministro japonés Shinzo Abe en noviembre- y fue ella quien presentó a su padre en la Convención Republicana. Esto, además de estar a su lado cuando anunció que Mike Pence sería su compañero de fórmula, sin la presencia de Melania. Es la primera vez en la historia moderna de las campañas presidenciales que una mujer de un candidato no estuvo allí para un anuncio de Vicepresidente.
La hija del magnate incluso estuvo presente en la reunión que tuvo el Presidente electo con el ex candidato presidencial Al Gore esta semana para discutir sobre el cambio climático. El actor Leonardo Di Caprio también se reunió con ella. Además, Ivanka está casada con Jared Kushner, quien se ha transformado en uno de los asesores más influyentes en las decisiones de Trump. Ella se convirtió al judaísmo para casarse con él.
Ivanka podría transformarse en la hija más influyente y poderosa de un mandatario norteamericano desde Alice Roosevelt, la primogénita de Theodore Roosevelt, más conocida como "Princesa Alice", quien tuvo alta presencia en los medios de comunicación y fue enviada con delegaciones estadounidenses a diferentes países.
Según The New York Times, la popularidad de la hija del magnate se debe, en gran parte, a su habilidad para suavizar los duros mensajes que él transmite. Tal como en la campaña, donde intentó captar el voto femenino a pesar de los dichos de su padre contra las mujeres. "Mi padre es un feminista. El es la gran razón de la mujer que soy hoy día", dijo la hija del empresario durante la campaña.
Muchos la han tildado de inconsistente entre ser feminista y defender a Trump. "Ivanka es más que una primera hija y más que una Primera Dama: es la defensora pública más efectiva de su padre y lo humaniza de una manera que Melania no puede", escribió en CNN Kate Andersen, experta en primeras damas y autora del best seller First Women. La autora asegura que ninguna hija de un Presidente ha sido tan defensora de su padre como Ivanka desde Julie Nixon, hija del ex mandatario Richard Nixon, quien defendió al republicano luego del escándalo de Watergate.
En general, los hijos de los Presidentes de los últimos años han sido muy jóvenes al llegar a la Casa Blanca o han preferido no involucrarse con la administración. Cuando los Clinton desembarcaron en Washington su hija Chelsea tenía 13 años, las gemelas Jenna y Barbara Bush iban a la universidad cuando su padre llegó a la Casa Blanca y Sasha y Malia Obama tenían siete y 10 años, respectivamente, cuando Barack Obama asumió.
Una vez que Trump llegue a la Presidencia, su hija también tendrá que lidiar con el efecto que esto le traiga a su marca, la que ha construido durante la última década.