Canta como si la vida fuera un verano permanente, bajo esa imagen del trovador con guitarra de palo que sale con lo puesto desde su cabaña playera, sumerge sus pies descalzos en la arena y lanza rasgueos que trasmiten puro relajo y buena vibra. Pese a esa postal ligera, en sincronía con su origen en Hawaii y su reputación como surfista profesional, Jack Johnson (38) ha escalado como un nombre masivo y multiventas en el cancionero norteamericano de la última década, capaz de llenar estadios, agotar gran parte de sus últimas giras y encabezar festivales como Coachella y Bonnaroo.

Con esos antecedentes, el músico ya cerró su primera vez en el país: será el miércoles 5 de marzo, a las 21 horas, en el Movistar Arena, reducto también de alta convocatoria, donde se espera juntar a cerca de 10 mil personas. Una ambición justificada: desde 2005, Johnson ha sonado de manera frecuente en diversas radios locales gracias a éxitos como Sitting, waiting, wishing y Upside down.

Además, a la hora de rastrear otros vínculos, el cantautor aterrizó un año antes en el país bajo anonimato absoluto, arrendó una cabaña en Pichilemu y consagró dos días para batallar contra las olas de la Sexta Región. Hasta armó una improvisada tocata en una discoteca local y, cuando años más tarde recordó sus días de sol y playa en el Pacífico chileno, comentó: "Pichilemu me recordó mucho el área de Santa Bárbara. Lo que más me agradó es caminar durante horas por parte donde no había nada, ni gente".

¿Más? En un contexto más formal, el norteamericano materializó un dueto a distancia con Manuel García para el documental australiano de surf El mar, mi alma, donde ambos interpretan extractos del poema Farewell de Pablo Neruda.

Pero más allá de lo anecdótico, el cantante arribará con nuevo álbum, From here to now to you, recién aparecido en septiembre y que perpetúa su gusto por la fragilidad acústica, las afinaciones limpias y esas melodías ideales para tardes de terraza. De hecho, volvió a trabajar con el productor Mario Caldato Jr. (Beastie Boys), aliado de sus mejores títulos -como In Between Dreams (2005)-, y luego de un período en que lució cierta inclinación hacia las guitarras eléctricas y hacia un perfil más tormentoso. De algún modo, ese giro a sus raíces arrojó resultados inmediatos: From here... debutó en el número uno del ranking Billboard, vendió 117 mil copias en su primera semana en EE.UU. y se convirtió en uno de los lanzamientos más exitosos de 2013.

Pese a la contingencia, sus conciertos promedian los 25 temas y se presentan como un recorrido por sus seis discos, mostrándolo sólo con guitarra y también con una sólida banda que aporta mayor expresividad a su propuesta intimista (sobre todo por parte del tecladista Zach Gill). Las entradas para su escala en la capital, parte de un tour que también pasará por Argentina y Brasil (ambos países que ya ha visitado) salen a la venta este martes 10.