Cuando se le pregunta a Jaime de Aguirre si este escenario, al mando de un TVN que lleva tres años en crisis de audiencia y descalabro económico, es el más difícil de su carrera televisiva, el ejecutivo sonríe. Sentado en su oficina como director ejecutivo de la señal nacional, comienza a enumerar: "A mí siempre me han tocado pegas difíciles en los canales: cuando llegué a TVN el 91 no había nada, hubo que hacerlo todo. Cuando llegué a CHV el año 2002, tuve que competir por salir del último lugar y llegamos al primero. Esto es un desafío complejo, de otras épocas, pero estoy muy entusiasmado. Me parece que esto es una causa noble". De Aguirre no enumera lo que pasó fuera de pantallas y sets de TV: su dura salida de Chilevisión, cuando tuvo que ir a declarar a la fiscalía por facturas que hizo en 2010 para cuatro empresas a petición de Bancard. Sobrevivió: volvió a la cima como director de programación de Canal 13. Y luego fue despedido a los cinco meses. Una vez más, sobrevivió: desde diciembre pasado es el director ejecutivo de TVN, canal que el primer trimestre reportó pérdidas de $3.604 millones, más que el mismo periodo del año anterior. Aumentó la publicidad en TVN, mejoró en algo el rating, pero los costos también subieron.
Y, como las aguas nunca parecen estar en paz en la señal pública en los últimos años, acaba de tener que lidiar con la renuncia de Mónica Pérez, rostro insigne de las noticias, después de que desde su mismo departamento de prensa surgieron críticas públicas a su sueldo de corresponsal mientras se radica un año en el extranjero. Se cuestionó, una vez más, la gestión al mando y el gasto.
Desde el área de prensa se criticó una "cultura de rostros" de TVN, por el caso de Mónica Pérez.
Es un hecho muy desafortunado lo que se produjo, está lleno de malentendidos, cuando era tan fácil haber hablado con preguntas claras. Pero bueno, las cosas son como son, yo tengo un altísimo concepto de la Mónica Pérez, como persona y profesional, y es una lástima que haya terminado renunciando. Pero estas cosas hay que saber superarlas, me encantaría contribuir a cambiar la cultura del chismorreo y de las noticias sin fuentes claras ni responsables, como sucedió en este caso. Las decisiones que tomamos están todas enfocadas en hacer lo mejor para el canal. Yo creo que sí era una buena decisión tratar de retener a la Mónica, y obtener de ella reportajes y notas del extranjero. Pero no me parece seguir ventilando cosas por los diarios.
Más allá de ese caso individual, está la duda si TVN está en calidad de competir de igual a igual con privados siendo TV pública.
Conceptualmente sí, porque tenemos una ley que nos compara con la TV privada, no con las empresas públicas. Se nos ha situado de manera muy explícita en la competencia de la televisión abierta. Pero no tenemos la posibilidad de ir a todas las situaciones competitivas. Estamos en una situación dificil económica, estamos en un proceso de legislar acerca de TVN, sobre el cual soy muy optimista, pero es evidente que no estamos en las mismas condiciones. Eso no significa que no podamos hacer nada, porque eso qué sería, ¿echarle llave al canal?
Dice estar optimista frente al proyecto de capitalización que está en el Congreso. ¿En qué va?
Está en la comisión de Hacienda en el Senado. Yo soy optimista en el sentido que creo que los parlamentarios, tanto senadores como diputados, han entendido la urgencia de este mensaje, por lo tanto van a actuar en consecuencia. Eso espero.
¿Ve posibilidades de que salga antes de fin de año?
Espero que sí. Eso nos permite enfrentar el futuro con mucha más igualdad de condiciones con la competencia. Es bueno saber que todos los canales, sus dueños, han hecho una inyección de capital. En algunos casos excesivos, en otros no, eso ya es tema de ellos; pero nuestro dueño sólo ha recibido dividendos de parte de TVN, no nos ha puesto ni un solo peso en los últimos 27 años.
Si la capitalización no sale antes de fin de año, ¿el canal puede quebrar?
Bueno, así dice la ley. No creo que ocurra, pero va a ser muy difícil que el canal tenga la capacidad de rápidamente ponerse a tono con la competencia que hay en la industria.
¿Se entiende en las conversaciones con el Congreso la necesidad de un canal público?
En las conversaciones que he tenido, sí. Se entiende la necesidad de una señal pública en un país pequeño, donde sólo personas con mucho dinero o compañías extranjeras pueden acceder a la compra de un canal. Tener un canal público fija ciertos estándares. Garantiza que sectores que no tienen ni un acceso a la TV, puedan tener sus pensamientos y temas en la pantalla abierta. Aunque se hable de que se ha achicado, que en parte es cierto, la televisión sigue siendo la reina de los medios de comunicación.
¿No ha perdido influencia, en comparación a diez años atrás?
Probablemente algo, la gran novedad han sido las redes sociales. Eso ha permitido que la gente tenga una opción adicional a este medio masivo. Pero la TV sigue siendo el más importante de los medios de comunicación audiovisuales.
Prefiere abogar entonces por la capitalización, antes de pensar en una ley que financie constantemente a TVN.
Absolutamente. Yo creo que el aporte que ha hecho TVN en los último 27 años es a una televisión buena, y en su capacidad de ser autónoma. Este país ya vivió la experiencia de un canal "de gobierno", el financiado por el gobierno y estando a las órdenes de las políticas de comunicación del gobierno de turno y eso es un desastre. Los canales y los medios de comunicación en general basan su credibilidad en su autonomía.
TVN va a recibir $8 mil 600 millones en devolución de impuestos, por el pago provisional de utilidades absorbidas. Esto se logró tras dos intentos infructuosos: ¿hubo presión del gobierno o de ustedes por refinanciar el canal así?
No hay ninguna presión, sino un proceso normal, legítimo, muy utilizado por todas las empresas, lo hicieron también canales de la competencia. Es natural que el Servicio de Impuestos Internos impugne la primera petición, es su rol, su foco está en obtener recaudación. Pero no tiene que ver con que se haya revisado algo mal asignado. En todo caso habría que preguntarle a Impuestos Internos si se quiere ahondar, duró tres años el recorrido legal. No hay nada irregular.
Pantalla abierta
Hoy, además de la dirección ejecutiva, usted ve la dirección de programación.
Eso es momentáneamente. Ese cargo no se inventó para darle pega a los amigos, ese cargo es necesario y fundamental al interior de un canal. Entendiendo la dirección de programación como ser un gerente de contenidos. Espero llenar el cupo al más breve plazo posible. No es un cargo fácil, no se estudia para ser director de programación, sino que se aprende en la marcha y tiene mucho que ver con las carcterísticas personales de cada uno.
Cómo ha visto la pantalla de TVN y por qué no logra levantarse.
Son procesos largos. El que piensa que esto se hace como un huevo frito, rapidito, no es así. Eso se parece más bien a un asado a fuego lento. Y por otro lado pienso que han habido varios procesos que dan cuenta de una mejor posición de TVN, los rating no se revierten de la noche a la mañana, pero sí estamos estructurando un área dramática bastante sólida, hemos mejorado nuestro matinal, y tenemos una tarde muy firme con telenovelas. Tenemos más desafíos en el prime, porque pusimos una telenovela bíblica que no ha resultado como pensamos, pero es un pendiente. Eso no significa que el canal no haya mostrado signos de recuperación.
Dijo que la TV es a largo plazo, pero viene una elección presidencial. ¿Sigue trabajando en TVN el 1 de marzo si llega a salir elegido Sebastián Piñera, considerando lo que pasó con Bancard tras su salida de CHV?
El trabajo de los directores ejecutivos no debiera tener que ver con el gobierno de turno, porque en qué quedamos: ¿no que somos autónomos? Eso debiera determinarlo mi grado de contribución al proyecto del canal, más allá de quién sale presidente. Así lo espero, así conozco yo a TVN. Por eso el canal tiene un directorio, y para cambiar al director ejecutivo se requiere la voz y quorum del directorio.
¿Pero está solucionado su problema con las boletas de Bancard, más allá de lo legal, a nivel personal?
Yo trabajo para Televisión Nacional.
¿Cómo se tomó que en el debate presidencial de Chile Vamos, donde estaba presente, el senador Ossandón secara a colación el tema de las boletas?
A palabras necias, oídos sordos.
Ha creado una carrera de dos décadas con audiencias. Cuál es la particularidad del espectador chileno de hoy, que parece tan esquivo.
En general, en la televisión ocurren las mismas cosas que en la sociedad, y esta es una sociedad que está con muchas ansiedades, con muchas expectativas. Ha cambiado muy profundamente desde la década del 90 hasta hoy: antes era un país de US$ 3 mil per cápita, ahora es un país de más de US$ 20 mil per cápita. Eso cambia a las personas, a las sociedades y a las expectativas. Y cambian los temas. La TV abierta está muy ligada a lo que pasa a la sociedad, no es la TV la que ha cambiado, es la sociedad entera.
Parecieran estar todos más enojados.
Hay una participación muy notoria de la sociedad civil, con sus organizaciones o redes de tecnología. Y eso hace que hayan cosas que son notablemente distintas a los 90 donde las comunicaciones pasaban prácticamente todas por la TV. Hoy hacen que la sociedad esté más empoderada, y que lo que esperó tantos años, pueda ser manifestado abiertamente.
Si tuviera todos los fondos para hacer TV pública: ¿qué canal haría?
Yo quisiera tener una TV que se distinguiera por la calidad, con dos grandes columnas como sostenedoras: la información y la ficción. Esa es la manera en que las comunidades se reconocen a sí mismas. Por la información que tienen, su capacidad de detectar nuevos temas; y por la ficción que es capaz de decir la verdad de lo que somos. Adicionalmente, necesitamos una TV con la capacidad de abordar audiencias abandonas como son los niños en TV abierta. Pero para eso se requiere recursos y para eso necesitas ser exitoso en tu TV transversal, lo que te permita subsidios internos para públicos más segmentados. Esa TV sueño, la que dé servicios básicos de información, compañía y entretención, pero que sea capaz de abrir nuevos temas, o que atiendan audiencias emergentes. Tenemos un muy buen estándar de TV en Chile, para ser un mercado de 17 millones. De aquí para adelante, la calidad y la capacidad de detectar cuál es el país en que vivimos va a ser determinante a la hora de conectar con las audiencias.