Tras diversos llamados, el ex ministro de Salud de Sebastián Piñera y actual gerente general de Clínica Las Condes, Jaime Mañalich, accedió a responder las preguntas de La Tercera. En su oficina del cuarto piso de la clínica, se le ve tranquilo, mesurado en sus palabras y muy preocupado por su familia, esposa e hijos, a quienes está priorizando por sobre cualquier posible cargo político. De hecho, descartó tajantemente aceptar algún ofrecimiento en un eventual gobierno de Chile Vamos.

Se le ha visto poco en la palestra política, lo que llama la atención luego de que fuera uno de los hombres de confianza de Sebastián Piñera y el único ministro de Salud que se mantuvo durante cuatro años . ¿A qué se debe esa lejanía?

Una vez que dejé el ministerio, me mantuve muy cercano a la campaña de Piñera y trabajé en la propuesta de salud con un grupo liderado por Emilio Santelices. Además, me incorporé en lo que pude al mundo de la comunicación y redes sociales, tratando de apoyar un eventual gobierno. Una vez entregada esa propuesta de programa de salud, la campaña entró en una suerte de cambio. Lo que ha venido después es el desempeño mucho más notorio de políticos más profesionales, en términos de dedicación a la primera y segunda vuelta. Eso no es lo mío, no soy político profesional, soy más técnico en temas de salud. En el ministerio tuve que tomar un perfil político como lo hace todo ministro, pero encuentro que la contribución que pude hacer ya está hecha y ahora queda ganar la elección.

¿Descarta asumir un cargo en un eventual gobierno de Chile Vamos?

Sí. La decisión de venir a Clínica Las Condes lleva como contraparte definitiva la imposibilidad real y de voluntad de participar de cualquier responsabilidad del futuro gobierno del presidente Piñera y creo que es una decisión correcta. También hay, para decirlo muy brevemente, razones familiares muy poderosas que me impulsan a pensar que eso es así, que estar en la clínica es lo que corresponde para mí ahora.

¿Su distancia no se debe entonces a un quiebre en las relaciones con Sebastián Piñera?

No tiene que ver con un quiebre con el ex presidente. Sigo siendo muy cercano a él. Me identifico más como amigo que como partidario, y afortunadamente, esa relación y confianza se mantienen incólumes.

¿Ve alguna diferencia entre las propuestas de salud que han planteado los candidatos a la Presidencia que van a segunda vuelta?

En los acentos de fondo no hay mucha diferencia: se quiere que la clase media pague menos, que los precios de fármacos sean accesibles, que la atención primaria se fortalezca, que exista sistema de telemedicina . Todo lo que está en las propuestas de fondo es bastante coincidente.

¿Y en la forma?

Yo diría que en la forma hay ciertas diferencias: el candidato Guillier apunta mucho más al rol del Estado como prestador de salud. En cambio, el candidato Piñera habla de una complementación público-privada más eficiente, con mejores precios de transacción, que es más realista, por lo demás. No veo grandes diferencias en salud.

¿Qué evaluación hace de la actual administración en Salud?

Tengo una dificultad personal ahí, porque la ministra Carmen Castillo me es muy querida. Fuimos compañeros de universidad y somos de la misma generación. La ministra Castillo es una gran persona, correcta, absolutamente ética y recta en su conducta. Creo que ella no tuvo el permiso de La Moneda para hacer los cambios que se requerían en el ministerio y se quedó con un aparato heredado que le fue complejo y no le permitió avanzar de forma importante. Además, con desintonías con la directora de Fonasa y con el Superintendente de Salud bastante serias, con un impasse de hace unos días que fue raro respecto de los médicos extranjeros y el Eunacom. Ella no tuvo el respaldo que sí tuve yo con el presidente Piñera para hacer cambios, gestos y organizar los equipos en una forma en que, equivocándose o no, a uno le pareciera más acorde a los objetivos. Ordenar el equipo significa que ella tiene la potencialidad de remover a la persona en la estructura del ministerio y eso no le estaba permitido.

¿Fue correcto que Castillo postulara al incentivo al retiro mientras era ministra y cuando había sido parte de la discusión de la ley que le permitía hacerlo?

Durante nuestra administración hubo ley de incentivo al retiro, la que fue aprovechada por algunos funcionarios importantes, como la directora del ISP, por ejemplo. Creo que lo de Carmen fue un error no forzado, es coherente con su voluntad de no seguir en el mundo político, porque al usar el incentivo al retiro no puede optar a cargos públicos. Pero habría sido más prudente que mientras se tramitaba la ley dijera que estaba optando o que pensaba hacer uso del beneficio, o definitivamente no hacer uso de él creo que habría sido prudente. Aquí no hay un tema de que sea delito, no hay un tema reprochable desde el punto de vista administrativo, pero quiera o no, cuando tiene esa posición tiene un rol político y hay que tener mucho cuidado en las formas también".