"Andar 500 kilómetros arriba de la moto peleando para no dormir. No es mucho el cambio de ropa... Duele la cabeza, las manos, la espalda por la postura, el poto... El estrés físico es demasiado. La fuerza mental que se requiere en un Dakar no es menor", dice Jaime Prohens, ex piloto chileno de Dakar. Y es que quizás algunos aún piensan que conducir una motocicleta o un cuadriciclo son actividades relativamente. Esto porque aquellos desconocen el desgaste físico y mental que afecta a los competidores. Lo concreto es que en una sola jornada del Rally Dakar, considerado en forma unánime en el mundo motor como la prueba más difícil del mundo, un piloto puede perder dos kilos de peso, por lo que requiere un aporte calórico de entre 4.000 y 4.500 calorías diarias.

La versión 2017 del certamen tuerca comprende un trayecto que atraviesa tres países: Paraguay, Bolivia y Argentina. En total son 12 etapas que recorren un total de nueve mil kilómetros, además de otros cuatro mil kilómetros de especial. La mitad de estas etapas comprenden el recorrido por zonas que están por encima de los tres mil metros de altura. Por ejemplo, en la quinta y sexta fase los pilotos cruzarán Oruro, en Bolivia. La denominada ciudad "techo del mundo" se emplaza 4.400 metros sobre el nivel del mar, suficiente para agotar cualquier cuerpo.

El Dakar se caracteriza por desarrollarse bajo condiciones técnicas, físicas y sicológicas muy exigentes, casi extremas, lo que se ve exacerbado, sobre todo en la actual edición, por la geografía, lo que obliga una mejor preparación de parte de los competidores. Un corredor puede estar arriba de su vehículo hasta 12 horas seguidas, pasando sobre dunas, terrenos barrosos, y enfrentando lluvias y altos porcentajes de humedad. En la actual edición, por ejemplo, tras la cuarta etapa, el piloto chileno de autos, Boris Garafulic, contó que fue "uno de los tramos más duros del rally, a causa de las dunas argentinas, que están a cuatro mil metros de altura y que han sido las más difíciles que me han tocado. Fue tanto, que la organización, de forma histórica, ofreció acceder a una penalización de 12 horas para quienes quisieran no pasar por ahí debido a la dificultad".

Jaime Prohens, que corrió los Dakar 2009, 2010, 2012 y 2013, dice que son varios los factores que se deben considerar para lograr una participación adecuada: "Es fundamental una buena preparación física. Partiendo por una alimentación óptima durante todo el año y especialmente durante la competencia. No sólo la comida que te dan los organizadores, sino todos los suplementos que tienes que llevar. Los pilotos nos metemos mil cosas adentro y no se trata de doping, sino de suplementos que entregan proteínas", asegura el motorista.

La importancia de la hidratación también es vital. "Hay que ingerir muchísima agua. Son necesarios unos nueve o diez litros por cada jornada. Es una práctica que debe ser constante", añade el competidor nacional.

Otro de los factores fundamentales e indispensables para sortear la prueba es el sueño. "El Dakar se gana también en la cama", expresa Prohens. "El sueño es algo fundamental. Hay que dormir cada minuto que tengas. Uno se levanta a las 3 de la mañana para subirse a la moto a las 4, y ahí andar durante 12 horas. No hay que desgastarse ni en conversar. En cada momento de ocio se debe dormir", añade.

Álvaro Román, copiapino que compitió en quads en las ediciones 2013 y 2014, concuerda con Prohens: "Lo más duro es lo extenso de la jornada. Te acuestas tarde y te levantas muy temprano. Las preparaciones más importantes son la física y luego la sicológica", dice. "Es importante también, obviamente, tener conocimientos de la mecánica de la moto", añade. Sobre la preparación técnica, explica que en su segundo Dakar tuvo problemas "con el mecánico de apoyo. El haber hecho una mala elección, por falta de recursos, me costó llegar solo hasta la quinta etapa". Así de importante.

En el Dakar se complica hasta lo cotidiano. Para la mayoría de las personas orinar y defecar requiere un espacio íntimo. En el Dakar no existe aquella posibilidad. "Uno pierde los escrúpulos y la vergüenza. Cada piloto tiene sus técnicas. Algunos para orinar utilizan sondas parecidas a un preservativo, que tienen su salida por la parte de atrás del pantalón. Para los que van punteros parar 30 segundos a orinar es complejo, se pierde tiempo. A algunos les incomoda y de frentón deben parar y orinar. Y defecar también. Hay que intentar hacerlo en la mañana, antes de la partida, pero hay momentos en que uno se encuentra a 20 tipos al lado de las motos haciendo caca", asegura Prohens. "Es como estar en la guerra: te bloqueas y te ocupas sólo de ti", remata. Todo vale, para sortear el rally más duro del mundo.