"Arriba de la retro". Este mensaje utiliza el presidente del PPD, Jaime Quintana, en su estado de WhatsApp, una alusión a la frase que él mismo hizo célebre en marzo, cuando dijo que la Nueva Mayoría utilizaría una "retroexcavadora" para "destruir los cimientos del modelo neoliberal".

La frase refleja la posición adoptada por el senador durante estos cuatro meses, defendiendo una lógica "refundacional" y oponiéndose a la postura liderada por el titular DC, Ignacio Walker.

¿Cómo evalúa el acuerdo en la reforma tributaria? Usted estuvo en la foto.

Estamos contentos, porque los cambios tributarios requieren sustentabilidad. Una reforma tributaria es un instrumento para políticas públicas que enfrenten la desigualdad. Por eso, tiene elementos pragmáticos. Tenía dudas en ahorro e inversión, y finalmente quedaron completamente despejadas.

¿Luego de este acuerdo, queda sepultada la retroexcavadora?

Creo que no. Lo importante es que no le pongamos una lápida a lo que la gente pidió en las calles en 2011.

En esa línea, ¿este tipo de acuerdos se deben aplicar también en la reforma educacional, constitucional y al Código de Aguas?

Ahí tenemos diferencias de principios. Tienes al ex Presidente Piñera reafirmando en España su compromiso con el modelo neoliberal en la educación, con el lucro, la selección y el copago. El es el líder -en las sombras- de la oposición. Estoy por mantener en alto las banderas de la Nueva Mayoría en el tema educacional, porque es un derecho universal que debemos garantizar, y la derecha cree que es un bien de consumo.

¿Ahí, entonces, no debería haber ningún tipo de acuerdo?

No lo voy a promover. Algunos han especulado si es que con este acuerdo en reforma tributaria está de vuelta la política de los consensos. Nada más lejos de aquello.  Si algunos quieren reeditarla, el PPD no estará para eso. En educación tenemos que mantener firmes nuestras banderas y convicciones. La política de los consensos tuvo su momento. No están dadas las garantías ni las condiciones para un acuerdo en materia educacional. Distinto es que nos vamos a jugar por construir mayoría. Eso es distinto a pasar la aplanadora. Esa no es una frase mía, está en la lógica de las mayorías y minorías, de lo que somos en el Congreso. Somos lo que el país quiso que fuéramos: hay un mandato, un compromiso y una responsabilidad.

Se entiende que alude a Walker, quien dijo ser partidario de acuerdos amplios en todas las reformas, más que utilizar una "simple y ocasional mayoría".

No somos una mayoría ocasional. Es una mayoría sólida que nos dio la ciudadanía, como muestra de confianza por reformas que la Presidenta comprometió. Y a esa ciudadanía tenemos que responder. El PPD ayudará a que todas se cumplan, como se está haciendo con la tributaria, sin desnaturalizar ni afectar el corazón de los proyectos.

¿Qué implicaría ceder frente a peticiones de la Alianza? ¿Es renunciar a la mayoría?

No quisiera ver que en algunos en la Nueva Mayoría está esa tentación de empezar, por la vía de los acuerdos, a desnaturalizar y modificar el programa. En el PPD estamos contentos con lo que se hizo en la reforma tributaria, pero distinto es en educación. La campaña en contra de esa reforma tiene actores protagónicos y secundarios. Espero que nadie de la Nueva Mayoría esté en el reparto.

El último consejo nacional DC reafirmó un compromiso con los objetivos de la reforma educacional, pero con flexibilidad en los mecanismos. ¿Comparte ese criterio? ¿Teme que se extienda a la reforma constitucional, donde el mecanismo es clave?

No hay que abusar de la flexibilidad de los mecanismos, porque no son colgajos. Pueden ser, en algunos casos, parte esencial de una reforma, por ejemplo, en el caso de una nueva Constitución. Esto de dar por sentado que estamos de acuerdo en los principios, pero en los mecanismos o en el articulado tenemos chipe libre, no. Los mecanismos son parte del programa.

¿Qué aspectos son intransables?


Los más importante es desmercantilizar el sistema. Por eso he defendido el orden en que está planteada esta reforma. Algunos en la Nueva Mayoría han insistido, majaderamente, en que la educación pública… ¡Si eso viene, ya está apareciendo! El anuncio que hizo la Presidenta, hace sólo 15 días, para fortalecer la educación pública, ya está expresándose. ¿Por qué había que partir por la desmercantilización? Porque si no caíamos en lo mismo que ocurrió en el gobierno de Piñera. ¡¿Cómo no se dan cuenta algunos de los nuestros?! Si lo que hubo ahí fue más plata, mucha plata, pero bajo el mismo esquema de un pesito para lo público, un pesito para lo privado. Tenemos que emparejar la cancha y cambiar la lógica del voucher: terminar con el subsidio a la demanda. Eso es esencial.

En el oficialismo han denunciado a sostenedores que han comunicado a apoderados que esos colegios se transformarán en particulares pagados. ¿Lo toma como una medida de presión o como una legítima notificación?


Es, por lo bajo, una medida de presión. Raya en lo ilegal. Me sorprende que, hasta este minuto, el superintendente de Educación no haya reaccionado. Se están transgrediendo aspectos esenciales.

¿Qué se está transgrediendo?

Se está especulando. ¿En virtud de qué hecho un sostenedor está amenazando con algo que él mismo sabe que no es así? Te aseguro que si hay alguno que se va a transformar en particular pagado, como consecuencia de esta reforma, los cuento con los dedos de la mano.

¿Qué debería hacer el gobierno?

La superintendencia debería parar ese tipo de cartas y pensar en las implicancias legales.

Se ha hablado de un segundo tiempo en el oficialismo tras los primeros 100 días. ¿Cómo espera que se desarrolle desde ahora en adelante el gobierno?

En cuatro años es poco lo que se puede avanzar. Y la Presidenta dijo con claridad que ella volvió a Chile para hacer algo distinto de lo que hicieron los gobiernos anteriores. Entonces, este segundo tiempo creo que tiene que ver con darles mayor velocidad a algunas reformas, y no hacer tiempo.

¿Se ha hecho tiempo?

No, pero hay miradas en algunos sectores que dicen "vamos con calma". No podemos dejar que el tiempo pase, esperando el pitazo final.

¿Se corre riesgo de no cumplir?

Creo que sí. Por ejemplo, no había razón para haber esperado escuchar a 11 invitados en la Comisión de Educación para llevar el proyecto del administrador provisional a sala, sabiendo que hay un tema de urgencia.

Ese tema ha sido uno de los elementos del fuerte enfrentamiento que han protagonizado Walker y Fulvio Rossi. ¿Cómo ve ese ambiente al interior de la Nueva Mayoría?

Es responsabilidad de todos cuidar las formas. Estaba inquieto -así lo hice ver- por el clima que estaba teniendo la comisión, pero somos los cinco responsables de aquello. Eso estuvo al borde de transformarse en un reality.