India es la meta de muchos viajeros, un lugar lleno de misterios y espiritualidad. "India" es también la telenovela brasileña más exitosa de la última década (35 millones de espectadores y ganadora del Emmy 2009) que está en la pantalla local mostrando los avatares de un grupo de personajes en ese país, específicamente en dos de las ciudades más bellas de la región de Rajastán: Jaipur y Amber.
Joyas arquitectónicas son parte del "Triángulo Dorado", el circuito más recorrido por los viajeros que llegan al noroccidente de India. Este imán turístico lo componen Jaipur, Nueva Delhi y Agra, donde está el Taj Mahal. Y con ellas convive una serie de pequeños poblados, recintos arqueológicos y centros ceremoniales que aprecian en la ruta.
El prestigio de Jaipur y del cercano Amber es merecido. En pocos kilómetros es posible apreciar un contundente resumen visual de este país: enormes y bellos monumentos, camellos y monos deambulando libremente y locales vestidos con coloridos trajes son parte del paisaje.
LA CIUDAD ROSA
Para llegar a Jaipur hay que recorrer 259 kilómetros desde la capital por un caótico camino (vuelos Santiago-Delhi desde US$ 2.220 aprox.). Más fácil y menos riesgoso resulta tomar alguno de los tours que se ofrecen en la propia Nueva Delhi o, por precio y conveniencia, arrendar un taxi exclusivo que lo llevará de punto a punto, parando en los mejores lugares para fotografiar y otorgando la posibilidad de contar con un "guía" por el mismo costo.
Eso se agradece al llegar a Jaipur y sus laberínticas calles. La Ciudad Rosa, como es conocida por el color de la mayor parte de sus construcciones, parece más antigua, sin embargo, sus orígenes están en los inicios del siglo XVIII, cuando en 1728 el maharajá Sawai Jai Singh, o gran rey, fundó la ciudad. Las edificaciones lucen un buen estado de conservación y es fácil entusiasmarse visitando su nutrido comercio. En pleno centro está el Palacio de los Vientos (Hawa Mahal), ícono de la arquitectura de Rajastán, con clara influencia mongol y que al ser levantado (1799) fue parte del palacio del príncipe y residencia de sus esposas y concubinas. Sus cinco niveles y casi mil ventanas es foto obligada.
Más sorprendente es el observatorio astronómico: el Jantar Mantar, que parece sacado de un cuento futurista. En el centro de la edificación hay una serie de grandes instrumentos de precisión que ayudaban, con gran acierto, a determinar la posición de los astros y la calendarización del tiempo. En las afueras hay varios triciclos con chofer, listos para dar una vuelta a los turistas por otros puntos de la ciudad. Se debe saber negociar, ya que tienen las mañas de cualquier taxista del mundo, no obstante son capaces de llevarlo a las mejores tiendas de seda o de piedras preciosas de Rajastán.
Y ahí comienza uno de los rituales más extendidos de India: los visitantes son recibidos por los dueños del local, se les muestran todos los pasos de la confección de prendas o joyas, se les invita a sentarse, se sirve chai (té con leche) y una vez que hay interés por algo, se regatea hasta que las partes queden de acuerdo. Una tradición de enorme arraigo.
HACIA LA ANTIGÜEDAD
Amber es una de las ciudades más antiguas de Rajastán. Sólo 11 kilómetros separan a ambas urbes. Las principales edificaciones tienen un origen de casi mil años y sus construcciones más actuales, más de 400. Larga data que muestra lo más pulido de la arquitectura mongol producto de la llegada el emperador Akbar, en 1592, quien instauró su corte en este sitio.
El Palacio de Amber, con enormes murallas amarillas, se ubica cuesta arriba. Para los cómodos, hay elefantes que suben hasta la puerta causando una viva impresión del pasado.
Una vez en el interior (pagada la entrada y con posibilidad de arrendar un discman con viaje autoguiado en español) el esplendor de Akbar sigue vigente. Bellos aposentos decorados en oro, mármol, espejos y piedras preciosas son el reflejo de una época de riquezas. La enorme edificación cobijaba a las concubinas del emperador, los cortesanos, los súbditos y a la realeza. Destacan los jardines de geométrico diseño que detentan una ingeniería hidráulica de lujo, que aún los mantiene verdes a pesar de la sequedad y el calor imperante en la región.
Otro sitio significativo de Amber es el Fuerte Jaigarh o de la Victoria, uno de los mejor conservados del país y que domina el horizonte al estar instalado en lo más alto de una colina. Luego de una larga subida, se llega a esta inexpugnable construcción que nunca fue tomada por invasor alguno y que tiene una vista perfecta de todo el valle. Con paredes rojizas, el sitio fue el lugar de la guarnición mongol. Destaca el cañón Jay Vana, el mayor sobre ruedas del mundo y que nunca fue utilizado. Ahora hay que pagar para fotografiarlo.
Desde sus miradores se logra ver el intrincado trabajo de los más de 40 kilómetros de murallas, escaleras interminables y atalayas que cercan la geografía montañosa de Amber. Recorrerlos es una tentación que tiene su recompensa al observar desde uno de estos cerros y vislumbrar hacia el horizonte una India poderosa y enigmática. Tal como se ve en la televisión, pero con muchos más capítulos, personajes y tramas que ni el mejor dramaturgo brasileño podría describir con justicia.