Con un inspirado James Harden y golpeando de entrada con 45 puntos en el primer cuarto, los Houston Rockets esquivaron el primer tiro de gracia y ganaron 128-115 en su casa a los Golden State Warriors, evitando así una barrida en la final de la Conferencia Oeste.

En su casa, los Rockets dejaron atrás la pálida imagen de hace dos noches, cuando fueron apabullados por 35 y anoche sacaron rápidamente ventajas. Quedaron 12-0 en los primeros instantes y se fueron 45-22 en el primer parcial ante los Warriors, con un increíble porcentaje de éxito de 77% desde la cancha.

Y aunque los californianos pudieron ir bajando la diferencia jugada a jugada, no fueron capaces de detener a un James Harden encendido. Sus 45 puntos revivieron a Houston de una barrida segura. Tras tres juegos sin respuestas, la barba del escolta guió a los Rockets en el mejor partido del equipo en las finales del Oeste.

De todas maneras, el escenario cambió muy poco. Golden State, que contó con los 24 puntos de Klay Thompson como mejor mano del equipo, sigue arriba ahora 3-1 y mantiene la primera opción de acceder a la final de la NBA. La victoria de Houston sirvió para mostrar que no será tan fácil como una barrida, pero la situación sigue siendo complicada: nadie ha ganado una serie tras un 0-3.

La serie continúa el miércoles en Oakland, donde Golden State buscará sentenciar el paso a la final por primera vez desde 1975.