"Estoy aliviada y con la conciencia tranquila por la salida de Dilma Rousseff". En entrevista con La Tercera, en septiembre de 2016, la coautora del pedido de impeachment contra la mandataria brasileña, Janaína Paschoal, se refería en esos términos a la destitución de la petista. Ahora, esta abogada de la Universidad de Sao Paulo tiene un nuevo objetivo: Nicolás Maduro. Junto a otros tres colegas, Paschoal acaba de enviar una denuncia a la Corte Penal Internacional solicitando que el gobierno venezolano sea investigado por genocidio y crímenes contra la humanidad.

La denuncia, contenida en un documento de 22 páginas, se suma a otra presentada ante la Corte Penal Internacional por la ex fiscal general venezolana Luisa Ortega Díaz, y otra de senadores de Colombia y de Chile. "Pienso que la proliferación de denuncias es esencial para hacer que la Fiscalía de la CPI actúe", dice Paschoal en esta entrevista con La Tercera.

¿Por qué decidió enviar esta denuncia contra Maduro ante la Corte Penal Internacional?

Yo solicité el contacto de los senadores (de Colombia y Chile) y de los abogados que presentaron las primeras denuncias. En aquel momento, mi intención era entrar como amicus curiae (amigo de la corte o del tribunal). Sin embargo, después de intercambiar correos electrónicos con el (abogado colombiano) Andrés Barreto González, llegué a la conclusión de que lo mejor sería presentar una denuncia autónoma, con el fin de mostrar a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional la gravedad de la situación. Desde mi primer contacto con Barreto González, conversé con autoridades e instituciones brasileñas, buscando convencerlas para denunciar a Maduro. Ocurre que no tuve éxito en esta tarea. En vista que entendía (entiendo) que Brasil necesitaría apoyar a Venezuela, hasta en virtud de que los gobiernos petistas hayan financiado la dictadura de Maduro, decidí conversar con algunos colegas, para que juntos presentáramos la denuncia. Finalmente, encaminamos la denuncia a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional. Somos cuatro abogados los que firmamos el documento.

¿Cuáles son las acusaciones que usted hace en la denuncia?

Crímenes contra la humanidad: homicidios, violaciones, arrestos arbitrarios por divergencias político-ideológicas, sobre todo la detención de jóvenes en la prisión conocida como "La tumba".

¿Usted contactó a la oposición venezolana antes de presentar esta denuncia?

No realicé ningún tipo de contacto con la oposición venezolana. No fue una acción combinada, fue sólo una manera de mostrar solidaridad con las víctimas de la dictadura y pedir la ayuda de la Corte Penal Internacional, que concentra sus acciones en África, pero que necesita ayudar a América Latina. No podemos admitir más eso por aquí. Los formadores de opinión, por regla general, se incomodan mucho con las dictaduras de derecha, pero son indulgentes con las de izquierda. ¡Y la dictadura es dictadura! Como abogados, nuestro instrumento es el derecho. ¡Tenemos que usarlo!

Otras denuncias contra el gobierno de Maduro ya fueron encaminadas a la Corte Penal Internacional, como la de la ex fiscal general venezolana Luisa Ortega Díaz, y de senadores de Colombia y Chile. ¿Esto facilita una eventual decisión contra el Presidente venezolano?

Lo ideal sería que el Estado brasileño hubiera denunciado a Maduro. La denuncia de un Estado parte (del Estatuto de Roma) tiene un peso mucho mayor. Sin embargo, dado que Brasil no lo hizo, restringiendo su actuación a la emisión de notas, entendemos por bien hacerlo. Sí, pienso que la proliferación de denuncias es esencial para hacer que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional actúe.

¿Cree que su denuncia tendrá éxito? ¿Qué podría decidir la Corte Penal Internacional?

Creo que la Fiscalía unirá todas las denuncias y, si Dios lo permite, iniciará un procedimiento contra Maduro. Dada la gravedad de la situación, lo que importa es que la Fiscalía actúe. No estamos preocupados por aparecer. Estamos uniendo fuerzas a los hermanos chilenos y colombianos, a fin de ayudar a los hermanos venezolanos. Vemos el cuadro así.