La Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) decidió elevar al nivel 3 de la escala internacional de sucesos atómicos la gravedad de una reciente fuga de agua radiactiva de un tanque de la accidentada central de Fukushima.
Aunque inicialmente la NRA estimó el 20 de agosto que la filtración, detectada la semana pasada, debía ser clasificada en el nivel 1 de la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (INES), el órgano rectificó y recomendó elevar la gravedad al grado 3 debido al alto nivel de contaminación del agua.
La categoría 3 de INES, que incluye ocho niveles de gravedad (de 0 a 7), se define como un "incidente serio", mientras que la 1 se describe simplemente como una "anomalía".
La filtración, de unas 300 toneladas de líquido, se produjo en uno de los casi mil tanques que se construyeron como medida de emergencia tras el accidente de 2011 para almacenar parte del agua empleada como refrigerante en los reactores de la planta, la cual es altamente radiactiva.
El NRA ha decidido finalmente elevar la gravedad tras consultar al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
El comité del OIEA que asesora la aplicación de la escala INES respondió que "puede ser una opción para las autoridades japonesas el considerar este evento (la fuga de agua) como independiente del accidente de Fukushima Daiichi", según un documento publicado hoy por el regulador japonés.
El comité basó esta respuesta en "que el evento tuvo lugar en una "nueva" instalación diseñada con unos fines de seguridad radiológica específicos".
Hasta ahora la NRA dudaba sobre la validez de aplicar la escala INES a un incidente acontecido en un instalaciones nuevas dentro de una central donde la crisis nuclear en sí aún no ha sido solventada, y que además ya fue calificada con el nivel máximo de gravedad, el 7.
Por su parte, la OIEA también recomendó a las autoridades niponas estudiar la aplicación de un plan de comunicación integral que "ayudaría a transmitir de manera clara" lo que sucede en la central, más allá de optar por la simple aplicación de la escala INES.
La fuga detectada en el tanque se ha sumado al problema de la acumulación de agua contaminada en los sótanos de los edificios de los reactores, que provoca el vertido de unas 300 toneladas diarias de agua contaminada al océano Pacífico y supone el principal desafío a la hora de cerrar la crisis en la planta.