Japón ejecutó hoy a dos reos, en la segunda ocasión en la que el país ajusticia a condenados a la pena capital desde la llegada al poder el nuevo Gobierno de Shinzo Abe, informó el Ministerio de Justicia nipón.

La última vez que Japón aplicó la pena capital fue el pasado 21 de febrero, cuando fueron ajusticiados en la horca tres acusados de asesinato, con lo que se eleva a cinco los ejecutados en 2013.

Japón, que junto con EEUU es el único país industrializado y democrático que aún aplica la pena de muerte, ejecuta en la horca a los condenados, en el mayor de los secretos, sin aviso previo a los condenados y sin testigos, en medio de las críticas de las organizaciones humanitarias.

Durante una rueda de prensa, el departamento de Justicia reveló la identidad de los dos ajusticiados hoy en Tokio, Yoshihide Miyagi y Katsuji Hamasaki, de 56 y 64 años, respectivamente.

Ambos, pertenecientes a una organización mafiosa (conocidas en Japón como Yakuza), fueron condenados a la pena capital por haber llevado a cabo de manera conjunta el asesinato de dos ciudadanos en Chiba, a las afueras de Tokio.

Según reveló hoy el Ministerio de Justicia nipón, los dos condenados participaron en abril de 2005 en un ajuste de cuentas en el que asesinaron a tiros en un restaurante a dos hombres, de 45 y 39 años.

Tras las ejecuciones de hoy, Japón cuenta con 134 reos en el corredor de la muerte, la cifra más alta desde 1949, año en el que se comenzó a facilitar este tipo de estadísticas. 

La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) en Tokio aseguró a Efe que las nuevas ejecuciones "muestran la clara voluntad del Gobierno de mantener el sistema actual", al tiempo que protestó "enérgicamente" contra una medida "contraria a la cada vez mayor tendencia global de encaminarse hacia la abolición de estas condenas".

Para la organización, el hecho de que el Gobierno mantenga esta línea, "hace que Japón esté cada vez más aislado y alejado de la tendencia global", añadió la portavoz de AI.

En este sentido, el ministro de Justicia nipón, Sadakazu Tanigaki se refirió hoy a las críticas a la pena de muerte y reconoció que es una medida "extremadamente dura", aunque consideró que mientras esté recogida en la ley nipona se seguirá aplicando.

"Es un caso muy cruel en el que se quitó la vida de dos personas que hemos estudiado suficientemente" antes de tomar la decisión, remarcó el ministro.

Nueve personas fueron ejecutadas durante los tres años del anterior Gobierno del Partido Democrático de Japón, en el que se produjo un debate importante sobre la pena de muerte, una medida que apoya la mayoría de los japoneses.

A los dos meses de llegar al poder, el pasado diciembre, el nuevo Gobierno conservador de Abe aplicó la pena capital a tres reos de 29, 44 y 62 años condenados por asesinato.