El ministro japonés de Finanzas, Jun Azumi, instó hoy a los líderes europeos a realizar "mayores esfuerzos" para hacer frente a la crisis de deuda, mientras que espera que Grecia se mantenga en la eurozona y respete sus acuerdos.

"Japón quiere refrendar la conclusión de la cumbre (europea) por la que Grecia debe mantener su responsabilidad con la UE, seguir cumpliendo sus promesas y aplicando las medidas de reforma fiscal, a pesar de las dificultades que esto pueda causar a sus ciudadanos", aseguró Azumi en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.

En una intervención realizada tras una reunión de gabinete, el titular de Finanzas instó además a los líderes europeos a llevar a cabo "mayores esfuerzos" para hacer frente a los problemas, ante el temor de un posible contagio de la crisis al resto de economías mundiales.

En este sentido, Azumi consideró que la pronunciada caída de la bolsa de Tokio en las últimas semanas y la apreciación de su divisa, el yen, se ha debido a "los riesgos políticos en Europa" y apunta a que las tensiones en los mercados no cesarán hasta que los líderes europeos no resuelvan el problema, añadió Kyodo.

El país asiático, cuyas exportaciones son uno de los grandes pilares de su economía, ha visto cómo éstas se han resentido por la fuerte subida del yen frente al euro, que perjudica seriamente su competitividad en el exterior.

"El punto crucial será en junio, cuando sabremos el resultado de Grecia (sobre sus próximas elecciones). Hasta entonces, hay pocas posibilidades de que los inversores se muestren seguros y eso será un obstáculo para la economía mundial y afectará al mercado japonés y la divisa", agregó.

Japón, que cuenta con la segunda mayor cuota en el FMI por detrás de EEUU, siempre ha reafirmado su compromiso de colaborar para frenar el contagio de la crisis en la eurozona a otras economías, aunque en numerosas ocasiones ha instado a los líderes europeos a realizar mayores esfuerzos para afrontar sus problemas fiscales.

A mediados de abril Japón mostró su compromiso para ayudar a contener la crisis de deuda en Europa tras anunciar una aportación adicional de 60.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI), al considerar "crucial" el aumento de recursos en el organismo internacional.