En medio de las fuertes críticas por el manejo de la crisis nuclear tra el terremoto y tsunami del 11 de marzo y la situación que se vive en Fukushima, Japón intenta dar una señal de cambio.
Así lo hizo el gobierno nipón al sacar de sus cargos a tres funcionarios de la cúpula de las estructuras ministeriales relacionadas con la energía nuclear y reforzó el mensaje al indicar que habrá un nuevo reordenamiento interno. "Queremos refrescar y revitalizar el ministerio". "He estado trabajando en este cambio alrededor de un mes. Traeré gente nueva que reconstruya el ministerio", manifestó el ministro de Industria japonés, Banri Kaieda.
Incluso el propio Kaieda, quien ayer anunció los despidos, dijo que renunciará más adelante aunque no precisó fecha. "Seré yo quien decida cuando", manifestó Kaieda.
Tras la salida del viceministro de Economía, Comercio e Industria, Kazuo Matsunaga, el director general de la agencia para los Recursos Naturales y Energía, Tetsuhiro Hosono, y Nobuaki Terasaka, jefe de la agencia para la Seguridad Industrial y Nuclear (NISA), el gobierno del primer ministro Naoto Kan pretende aplacar el malestar por los retrasos de los anuncios públicos y los problemas de seguridad en torno a Fukushima, así como los últimos episodios sobre presuntos intentos de la NISA para manipular la opinión pública en favor de la energía nuclear.
Según consigna el diario británico The Guardian las medidas anunciadas son el último intento de Kan y su gabinete de sacudirse de los reporches respecto a que no ha tratado con severidad suficiente a los operadores de energía nuclear y demostrar que puede impulsar las reformas necesarias tras la catástrofe.