El conservador Partido Liberal Democrático de Japón (PLD) se encamina a una victoria aplastante en las elecciones del domingo, regresando al poder con el ex primer ministro de línea dura Shinzo Abe al frente, y posiblemente concluyendo un estancamiento político.
Encuestas de opinión por parte de los periódicos Asahi, Yomiuri y Nikkei pronosticaron el viernes que el PLD se dirige a una mayoría fuerte en la poderosa Cámara baja del Parlamento, de 480 escaños.
El PLD y su aliado menor, el Partido Nuevo Komeito, incluso podrían obtener la mayoría de dos tercios necesaria para romper un estancamiento político que ha afectado a la tercera mayor economía del mundo desde el 2007.
Un triunfo del PLD el domingo traería un gobierno comprometido con una posición dura en una disputa territorial con China, una política a favor de la energía nuclear pese al desastre del año pasado en la central Fukushima y una receta radical de política monetaria hiper-aliviada y fuerte gasto fiscal para poner fin a la deflación persistente y debilitar al yen.
Las relaciones chino-japonesas se enfriaron bruscamente después de que Japón compró pequeñas islas también reclamadas por Beijing a su propietario privado.
Abe podría moderar su línea dura hacia Beijing con pragmatismo como lo hizo cuando asumió el cargo en el 2006, pero podría tener menos margen de maniobra para hacerlo esta vez en momentos en que escalan las tensiones y los expertos coinciden en que su objetivo será reforzar la alianza con Estados Unidos.
Japón se encuentra en su cuarta recesión desde el 2000 y la confianza empresarial se agravó por segundo trimestre consecutivo en los tres meses a diciembre y apenas mejorará el próximo año, mostró el viernes una encuesta del banco central.
El empeoramiento de las perspectivas de negocio refuerza la necesidad de que el Banco de Japón (BOJ) actúe con mayor resolución para apoyar una economía lastimada por la desaceleración mundial y la presión por la disputa con China. El BOJ sostendrá una reunión de política monetaria la próxima semana.