En septiembre pasado, seis meses después del terremoto y tsunami que azotó Japón en marzo pasado, las autoridades comenzaron las tareas de limpieza de la radiación en los alrededores del centro de la radiactividad: la central nuclear de Fukushima Daiichi.

Las labores se mantienen hasta hoy, pero muchos dudan de la seguridad de la limpieza y del lugar donde se almacenan estos desechos, consigna la agencia Dpa.

El gobierno planea invertir más de 1 trillón de yenes (12.300 millones de dólares) en los trabajos, que se prevé, duren hasta marzo de 2014.

Los obreros retiran la tierra contaminada de las propiedades privadas de la ciudad de Fukushima, ubicada a 55 kilómetros de la dañada central. Con estas tareas, los índices de radiactividad bajaron de 1,5 a 0,2 microsievert por hora en comparación con el nivel registrado antes del desastre de 0,04.

"Las autoridades nos han dicho que retiremos la capa de tierra hasta que los niveles de radiación bajen a menos de 1 microsievert por hora", declaró uno de los empleados.

Los trabajadores están expuestos día a día a una gran cantidad de material con un alto nivel de contaminación radiactiva. Sin embargo usan guantes convencionales, máscaras y uniformes en vez de equipos protectores. Las críticas señalan que el gobierno, los empleados y los trabajadores subestiman los riesgos que representan estas tareas

Una serie de incendios y explosiones en la central tras el terremoto y el posterior tsunami provocó la fuga de sustancias radiactivas. Y tres de los seis reactores resultaron seriamente dañados.

"No estoy tan preocupado", manifestó uno de los empleados de aproximadamente 20 años, al referirse a los posibles efectos de la exposición a la radiación.

El hombre, al servicio de la compañía local de paisajistas Shunko-en, reconoció que existen algunos riesgos aunque aseguró que "alguien debe hacer el trabajo"; en tanto que el presidente de la firma, Kazuo Morito, ratificó que se intenta reducir la exposición de los operarios a niveles de radiación peligrosos.

El gobierno central ha enviado directrices sobre la limpieza, pero son las personas que realizan estas tareas las que tienen la responsabilidad última de la salud de los trabajadores, indicaron fuentes municipales.

El profesor auxiliar del Instituto de Investigación de Reactores de la Universidad de Kioto, Hiroaki Koide, aseguró que no existe una dosis segura de radiación. Ratificó que es imposible descontaminar la tierra y que la operación encabezada por el gobierno solo está moviendo el material radiactivo de un lugar a otro.

"Sin embargo, para proteger a los niños, es necesario descontaminar las áreas donde ellos se encuentran, por ejemplo, removiendo las capas de las áreas de juegos de las escuelas", agregó Koide.

ZONA PROHIBIDA
El gobierno central también se centra en la limpieza alrededor de la planta nuclear, incluyendo zonas prohibidas situadas en un radio de 20 kilómetros de Fukushima Daiichi. Los trabajos dentro del perímetro de seguridad tenían que haber comenzado en enero, pero las nevadas lo impidieron, indicaron fuentes del Ministerio de Medio Ambiente.

Algunas voces críticas indican que el gobierno ha compensado con los contratos de descontamientación a grandes constructoras, las mismas que se beneficiaron de la construcción de la central.

Estas tareas también requieren que el gobierno encuentre un lugar donde almacenar el suelo contaminado que se retira, así como otros residuos contaminados, pero Tokio todavía decidió dónde. Tal es así, que todo se está guardando en un sitio no especificado en las montañas.

Se estima que la cantidad de desecho radiactivo llegará a los 90 millones de metros cúbicos, lo que equivale a unos 72 estadios de baseball, dijo el vicemistro del Medio Ambiente, Hideki Minamikawa, citado en setiembre por el diario "Fukushima Minpo".

Los residentes demostraron su preocupación por ello, ya que aseguran que las sustancias podrían bajar de las montañas -que rodean la región- y recontaminar la tierra.

Pese a las inquietudes, el primer ministro Yoshihiko Noda declaró en diciembre que la planta de Fukushima fue "enfriada", lo que significa que no habrá reacción nuclear y que las fugas radiactivas son mínimas. Los residentes de Fukushima expresaron su frustración por sus palabras que coincidían con la detección de altos niveles de radiación en varios lugares de la ciudad.

"¿De qué está hablando?", dijo un residente de la ciudad. La limpieza "apenas acaba de comenzar y el desastre está lejos de acabarse".