El primer ministro de Japón, el conservador Shinzo Abe, anunció hoy que el país pondrá de nuevo en marcha reactores nucleares, en la víspera del tercer aniversario de la catástrofe nuclear de Fukushima.
"Quiero volver a poner en marcha los reactores nucleares que, según las estrictas medidas de seguridad, hayan sido considerados seguros y me gustaría contar con la comprensión de la población local", dijo Abe hoy ante una comisión parlamentaria.
Por el momento, los 48 reactores nucleares comerciales en Japón siguen desconectados. Como consecuencia del terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, en la central de Fukushima Daiichi se produjeron fisiones del núcleo del reactor.
En la víspera más de 30.000 personas, según los organizadores, se manifestaron contra la energía nuclear ante la sede de gobierno de Abe y el Parlamento.
Cuando se cumplen tres años de la triple catástrofe, cerca de 267.000 personas siguen viviendo en viviendas prefabricadas como contenedores o en alojamientos temporales.
El martes, en Tokio y en varios lugares del país se celebrarán ceremonias para recordar a las víctimas de la catástrofe del 11 de marzo de 2011.
Según la policía, en el terremoto y posterior tsunami murieron 15.884 personas, la mayoría de ellas en las provincias de Iwate, Miyagi y Fukushima.
Además, en febrero seguía habiendo oficialmente 2.636 desaparecidos. A ellos se suman casi otras 3.000 personas que murieron por el empeoramiento de su salud por las condiciones en los alojamientos temporales o que se suicidaron.
La reconstrucción en la región de Tohoku, en el noreste del país, avanza muy lentamente. El jefe de gobierno Abe prometió que este año impulsará los trabajos.
En tanto, la situación crítica persiste en la central de Fukushima Daiichi. No obstante, a pesar de la resistencia en la población, algunos reactores se pondrán pronto en marcha, cuando Fukushima cumpla con las disposiciones de seguridad, que se han endurecido.
Antes del accidente nuclear de Fukushima, las centrales eléctricas por energía nuclear en Japón contribuían con el 30 por ciento del suministro eléctrico del país. Como consecuencia de la catástrofe, se desconectaron todos los reactores para inspeccionarlos y someterlos a trabajos de mantenimiento y el país importa más gas y petróleo. Los elevados precios de la energía están lastrando la economía del país.