Hasta 60 años permitirá Japón que operen los reactores nucleares, mientras estudia abandonar paulatinamente la energía atómica tras el desastre de Fukushima.            

La iniciativa, que supone la primera vez que el país nipón pone un límite a la vida máxima de un reactor, llega cuando el país debate una nueva estrategia energética que se espera que entregue un papel mayor a las fuentes de energía renovables y limpias.        

El gobierno dijo que la norma comenzaría aplicarse en un año a partir de ahora, dentro de una revisión amplia de las normas que regulan a los operadores de plantas nucleares tras Fukushima.        
En la central de Fukushima los sistemas de enfriamiento del reactor se pararon por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, desatando fisiones y radiación que llevaron a evacuaciones masivas y generaron una contaminación generalizada.
    
El temor en la opinión pública a raíz de Fukushima impidió la reiniciación de los reactores cerrados para hacerles chequeos rutinarios y sólo cinco de los 54 reactores siguen funcionando, lo que ha obligado a las compañías a importar más combustibles fósiles para cubrir la brecha e impedir recortes energéticos.    
        
En la actualidad se están haciendo pruebas de resistencia en los reactores para calmar a la opinión pública y persuadir a los gobiernos locales para que les permitan reiniciarlos. 
           
El secretario de gabinete Osamu Fujimura dijo a periodistas que se están estudiando los detalles, pero que la vida útil de un reactor sería en principio de 40 años, como sugirió el ministro de Prevención de Accidentes Nucleares y Medioambiente Goshi Hosono a principios de mes.          
   
El gobierno permitirá a los operadores solicitar la extensión de hasta 20 años para cada reactor, en línea con los patrones de Estados Unidos, y la aprobación sólo se garantizará si se cumplen ciertas condiciones.    
        
"No habrá cambios en el hecho de que el número de reactores se reducirá, además de la dependencia que Japón tiene de ellos. Pero no estamos hablando del futuro inmediato", dijo Fujimura en una conferencia de prensa.    
        
Según el sistema actual, los operadores de las plantas pueden solicitar una extensión después de 30 años y habitualmente se les garantizan 10 años más sin límite mientras el organismo de supervisión nuclear lo apruebe.