El primer ministro de Japón, Naoto Kan, aseguró que las emisiones de radiactividad de la planta nuclear de Fukushima "siguen una tendencia decreciente", pese a que la gravedad del accidente subió hasta el grado 7, el máximo en la escala internacional nuclear y que se equipara a la medición de la catástrofe de Chernobyl, en 1986.
Kan entregó además instrucciones a Tepco, la empresa administradora de la central, para que presenten las iniciativas que adoptarán para asegurar la estructura.
En tanto, el país fue sacudido hoy por dos nuevas réplicas, de magnitud 6,4 y 6,3 en la escala de Richter. Los temblores se sintieron también en Tokio. En la central Fukushima I se pidió a los técnicos que se refugien en lugares seguros.
La empresa señaló, en todo caso, que las bombas de agua que refrigeran los bloques de reactores siguen operando. Los técnicos continuaban hoy con sus trabajos para intentar poner bajo control la planta de Fukushima.
Los expertos tuvieron que sofocar asimismo un breve incendio en la mañana. Según informaciones de Tepco citadas por Kyodo, un técnico se percató de las llamas en una construcción adyacente al reactor 4.