Japón bajó drásticamente sus metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, debido al impacto del cierre de su industria nuclear, lo que generó críticas internacionales en las negociaciones de cambio climático de la ONU.
El cambio en la meta de emisiones de dióxido de carbono es un cambio dramático para un país que había defendido el anterior tratado de Kioto sobre cambio climático. Pero la decisión se hizo inevitable cuando las 50 plantas nucleares del país fueron cerradas como consecuencia del terremoto y tsunami del 2011, que destruyó la instalación de Fukushima al noreste de Tokio.
El Gobierno decidió una meta de una reducción de un 3,8 por ciento en las emisiones de CO2 antes del 2020 respecto a los niveles del 2005, dijo en una conferencia de prensa el Secretario de Gabinete Yoshihide Suga.
Eso corresponde a un aumento de un 3 por ciento respecto de los niveles de 1990, un fuerte revés frente a la meta previa de una reducción de un 25 por ciento desde los niveles de 1990, el nivel referencial de las negociaciones de cambio climático.
"La nueva meta se basa en cero energía nuclear en el futuro. Nosotros tenemos que bajar nuestro nivel de ambición", dijo Hiroshi Minami, principal negociador de Japón en las negociaciones de la ONU que se realizan en Varsovia.
El primer ministro Shinzo Abe defiende el regreso de la energía nuclear, aunque dice que quiere reducir la dependencia de Japón de este tipo de energía con el tiempo. El proceso de reiniciar los reactores será lento y partiría el próximo año como fecha más próxima. Algunos nunca volverán a operar debido a preocupaciones de seguridad luego de lo que ocurrió en Fukushima.
La pérdida de la energía nuclear, que correspondía a un 26 por ciento de la generación eléctrica de Japón, ha obligado al país a importar gas natural y carbón, lo que ha hecho que sus emisiones de gasas de efecto invernadero se disparen.
Japón buscará reducir sus emisiones en un 2,8 por ciento plantando árboles, mientras que el resto se hará disminuyendo las emisiones de la industria o generación de energía, o utilizando crédito de carbono comprado a otros países.
Minami dijo que la meta del 2020 sería revisada nuevamente si Japón vuelve a incluir a la energía nuclear en su red de generación.
Japón también prometió 16.000 millones de dólares hasta el 2015 para ayudar a los países pobres a reducir sus emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático, como mayores niveles del mar y más sequías.
Minami dijo que la ayuda será una mezcla de préstamos y subsidios, con 13.000 millones de dólares que vendrán del Gobierno y el resto del sector privado.