La operadora Electric Power Development (conocida como J-Power) informó de que ha decidido reanudar las obras para construir una central de energía atómica en la provincia de Aomori (norte de Japón), la primera después del accidente nuclear de marzo de 2011 en Fukushima.
La empresa, que no detalló la fecha exacta en la que retomará las obras, tenía previsto inaugurar la planta en noviembre de 2014, aunque la finalización del proyecto se pospondrá unos 18 meses debido a la crisis nuclear desatada por el tsunami del año pasado.
Pese a endurecer las pruebas de seguridad en las centrales a raíz del accidente de Fukushima, el Gobierno nipón dio luz verde a las operadoras para continuar con la construcción de nuevos reactores que hubieran obtenido el permiso de las autoridades antes del inicio de la crisis nuclear.
El anuncio de J-Power se produce después de que a mediados de septiembre el Gobierno estableció el objetivo de abandonar la energía nuclear en la década de 2030, en medio del debate sobre la seguridad de las centrales atómicas.
Japón, que antes del accidente de marzo de 2011 obtenía casi un tercio de su electricidad de las centrales nucleares, mantiene actualmente activos solo dos de sus 50 reactores atómicos.
Ello le ha obligado a incrementar ampliamente sus importaciones de hidrocarburos, lo que ha supuesto un serio lastre para la balanza comercial de la tercera economía mundial.
J-Power decidió retomar la construcción de la nueva planta, situada en la localidad de Oma, "de acuerdo con la política nacional y con la comprensión y la colaboración de la provincia de Aomori y las administraciones locales", afirmó en un comunicado.
La compañía ya había completado el 40 % de las obras de la planta, cuya construcción comenzó en mayo de 2008, aunque las tuvo que detener a raíz de la crisis en Fukushima.
"La central será altamente segura y fiable, usando la más avanzada tecnología", indicó la operadora, que instalará en Oma un reactor de agua en ebullición que usará una mezcla de plutonio y uranio como combustible.
Los ayuntamientos de la provincia de Aomori se habían mostrado favorables a la construcción de la planta, a la que se opone en cambio la ciudad de Hakodate, en un radio de 30 kilómetros y separada de la futura central por un estrecho.