Japón y la Unión Europea (UE) anunciaron hoy que en abril arrancarán las negociaciones para la firma de un tratado de libre comercio (TLC) bilateral, que se espera impulse las exportaciones europeas al país asiático en cerca de un 30 %.
La intención es que este acuerdo, que aspira a ser uno de los más ambiciosos firmados hasta la fecha a nivel global, sea rubricado "lo más pronto posible", según un comunicado conjunto del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; el de la Comisión, José Manuel Durao Barroso; y el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
La primera ronda de negociaciones tendrá lugar en abril aunque la fecha y el lugar exactos están aún por determinar.
Abe, Van Rompuy y Durao Barroso, que se vieron obligados a cancelar un encuentro previsto para hoy en Tokio debido a la urgente necesidad de concluir el plan de rescate para Chipre, trataron el tema de la apertura de las negociaciones del TLC en una conferencia telefónica.
Durante su conversación los tres han coincidido en la necesidad de establecer pronto una fecha para celebrar la cumbre pospuesta.
Por su parte, el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, de visita en Japón, destacó hoy la necesidad de que este acuerdo sea "ambicioso" para superar las "barreras, regulaciones discriminatorias o diferencias de estándares" que todavía existen entre Japón y los Veintisiete.
De Gucht expresó su confianza en que el país asiático cumpla sus compromisos sobre las "barreras comerciales no tarifarias", en unas declaraciones a los medios.
Esos obstáculos de naturaleza no arancelaria pasan, por ejemplo, por los estándares en materia de seguridad y de emisiones que aplica el país asiático a los automóviles y que, al no estar unificados, conllevan un proceso costoso y largo -de unos dos meses- para lograr que un vehículo de la UE obtenga luz verde en las aduanas niponas.
Se espera que Bruselas exija además a Japón uniformar otros estándares para la eliminación de barreras de este tipo en alimentos y medicinas o en el terreno de contratos públicos para infraestructuras.
Este tipo de limitaciones han despertado los temores de diversos sectores industriales europeos e hicieron que los Veintisiete tardasen años en aprobar el inicio de negociaciones.
En todo caso, De Gucht recordó que la UE ha pedido la inclusión de una "cláusula de revisión" en el acuerdo, para garantizar una evaluación de los progresos y la aplicación de las primeras medidas de cooperación comercial cuando se cumpla un año del inicio de las negociaciones, en abril de 2014.
Por su parte, Japón espera lograr durante las negociaciones que la UE elimine, por ejemplo, el gravamen del 10 % que aplica a los vehículos nipones, una de las principales exportaciones del país asiático.
El TLC bilateral tiene como objetivo liberalizar el comercio y la inversión entre las dos potencias, que juntas cubren cerca de un tercio del PIB mundial.
Japón, que en 2012 exportó a la UE bienes por valor de unos 64.000 millones de euros, es el séptimo mayor socio comercial de los Veintisiete, mientras que éstos son el tercero del país asiático.
Según la Comisión Europea (CE), el acuerdo podría aumentar el Producto Interior Bruto (PIB) europeo en un punto porcentual, e incrementar en un tercio las exportaciones a Japón, que el año pasado sumaron unos 55.000 millones de euros.
En términos de empleo, el pacto de libre cambio tiene un potencial para generar 400.000 nuevos puestos de trabajo en la UE, según Bruselas.
En paralelo, la UE y Japón negociarán un nuevo acuerdo de asociación, con el que pretender reforzar su cooperación en toda una serie de ámbitos de interés común y llevar su relación a "una nueva fase", según el comunicado conjunto publicado hoy.