Llegando al extremo sur de La Toscana, en la provincia de Grossetto y casi a orillas del mar Mediterráneo, se encuentra asentada, en una verde colina, la pequeña localidad de Capalbio, un tranquilo pueblo medieval en el que la mixtura de sus murallones, jardines e iglesias dan vida a un escenario que parece detenido en el tiempo. Allí, paseando por sus antiguos callejones encontramos pistas del excéntrico y mágico secreto de Capalbio: un jardín repleto de crípticas esculturas inspiradas en las cartas del Tarot.

Llamado sencillamente el Jardín del Tarot, puede divisarse desde lo alto de la colina, y es la magnífica creación de la artista franco-americana Niki de Saint Phalle. El jardín consiste en una representación e interpretación muy peculiar de los 22 arcanos del tarot, que nacieron del mundo onírico, magia y fantasía de la autora, y que fueron decorados prácticamente con todos los colores de la rosa cromática. A través de enormes e impresionantes esculturas construidas con mosaicos de vidrios de colores, muranos y cerámicas, se da vida a un magnífico jardín, que toma su inspiración en el famoso parque Güel de Barcelona, del cual encontró su materia y destino.

Sinónimo de destreza y paciencia, el parque tomó 17 años en ser construido (desde 1979 a 1996), transformándose en la aventura más grande de la vida de la artista, quien, incluso, sufrió de artritis aguda a causa de la elaboración de estas esculturas desbordantes en simbologías.

Algunos arcanos, como la emperatriz, el mundo y la justicia, más cientos de decoraciones del jardín se basaron en las exclusivas "Nanas" que Niki trajo al mundo a mediados de los 60 y que consisten en voluptuosas figuras que caricaturizan a las mujeres, adornadas con coloridos mosaicos. Se trata de un paseo misterioso que encuentra, a cada paso, una correlación con el misticismo del tarot, un canto al destino y los misterios de la vida cargados de formas y colores.

Entre grandes árboles y verdes senderos, los arcanos conviven según su significado, parentesco e interpretación, mientras otros se van diseminando como mezclándose con la vegetación, escondiéndose entre el follaje de árboles y plantas. Un ejemplo de esto es el "ermitaño", quien permanece solitario en un extremo del bosque, o el "loco", quien pasa casi inadvertido por la simplicidad de su elaboración.

Sin embargo, la sencillez del loco o la soledad del ermitaño contrastan con la grandiosidad de "La Emperatriz", la escultura de mayores dimensiones, reina y soberana del Jardín del Tarot, entronada en el corazón del parque. De hecho, esta monumental obra fue utilizada durante muchos años como el refugio para Niki junto a su marido y compañero de labores, el artista suizo Jean Tinguely. Esta gigantesca construcción, que se eleva rumbo al cielo, guarda en su interior una decoración que nos transporta a un mundo de sueños, empapelada completamente con mosaicos de vidrios que multiplican la forma de los cuerpos de aquellos viajeros que se sumergen en sus habitaciones. Además, la obra cuenta con un comedor, cocina, dormitorio y un lujoso baño.

Vecina a la casa real está la carta Nº XIV de los arcanos, la templanza, representada a través de una capilla que es coronada desde el techo por una "nana ángel", que en su interior posee una virgen negra, rodeada de dispersas flores y corazones en un ambiente repleto de espejos que reflejan el cosmos en busca de inspiración. Este fue el lugar donde los artistas se reunieron durante años a diseñar y discutir las infinitas dificultades del ambicioso proyecto llevado a cabo.

Otro de los arcanos que deslumbran por su fuerza expresiva es "La Sacerdotisa", la que representa el poder femenino y la intuición, llave mágica para encontrar la sabiduría. La escultura rinde homenaje también a los jardines de Bomarzo en Roma y de su boca cae una cascada de agua, que fluye por una escalera de cerámica hacia una pileta donde gira la rueda de la fortuna, que simboliza la movilidad de la vida, es decir, "eso que sube, inevitablemente tiene que bajar".

Son miles las decoraciones y detalles ocultos que este parque posee, pues Niki y sus secuaces dieron vida a cada lugar y rincón de este asombroso parque, como si se tratase de un cuento de hadas o un concurso de magia, donde se ponía a prueba la capacidad de encantar y embrujar a través del arte. Es que, definitivamente, nada quedó al azar. Por eso las plantas, arbustos, vidrios, cerámicas, colores y mosaicos encajan como un perfecto rompecabezas.

Visitar este parque es adentrarse en un cuento de fábulas, como una Alicia en el país de las maravillas, donde encontrará la luna, el sol, dragones, serpientes, magos, la muerte, el mundo y el diablo, en definitiva, miles de conceptos que hechizan y encantan a todos. Por eso le advertimos que cuando tenga el privilegio de visitarlo, no espere encontrarse con un mapa o guía turístico, ya que como la propia artista lo planteó, la idea es dejarse llevar por la fantasía del lugar.

DORMIR
L'Assiolo. Bed & Breakfast, ubicado en pleno centro de Capalbio.

COMER
La Porta. Especialidad en gastronomía local (maremmana).