Asomaba como uno de los partidos clave de la serie. Nicolás Jarry se enfrentaba a Santiago Giraldo, buscando dar la sorpresa. En un comienzo, el chileno entró algo nervioso y errático. Sin embargo, tuvo el coraje suficiente para enfrentar exitosamente los números puntos de quiebre que tuvo en contra.
Con el correr de los juegos, Giraldo fue frustrándose tras no aprovechar sus opciones. Y apenas tuvo la opción, el Príncipe dio el golpe. Al tercer break point que tuvo en el décimo juego, el chileno logró el ansiado quiebre y la primera manga, por 6-4.
En el comienzo del segundo parcial, Giraldo rompió de entrada e ilusionó a los 1.400 invitados locales, de correcto comportamiento. Jarry intentó mantener la concentración, pero en el séptimo game cedió nuevamente su servicio. Así, el ídolo local ratificó la ventaja y cerró la manga por 6-2.
Al igual que en el set anterior, el número dos chileno perdió su saque de entrada. Su concentración ya no era la misma, lo que le favoreció al colombiano, que se limitaba a ser regular en el juego.
El nieto de Jaime Fillol volvió a ceder su servicio en el séptimo juego. Algo agotado y desconectado del encuentro, se convirtió en presa fácil para su rival, que volvió a imponerse por 6-2.
En el cuarto set, Jarry mostró atisbos de recuperación. Retomó el foco en el comienzo. Incluso tuvo puntos de quiebre que no pudo aprovechar y sirvió mucho mejor.
En el noveno game, sin embargo, Jarry se enfrentó a un momento crítico. Giraldo dispuso de dos break points, que el chileno salvó de gran manera.
El suspenso se estiró hasta el tie break, donde el local fue más sólido y se quedó con el primer punto de la serie, tras ganar el desempate por 9-7, salvando un set point.