Rogerio Dutra Silva (85º) se consagró en el Challenger de Santiago tras vencer a Nicolás Jarry (249º) por parciales de 7-5 y 6-3 en una hora y 33 minutos de juego.
Y eso que el chileno había golpeado de entrada. Sólido juego y quebró tras traer una pelota difícil que Dutra dejó en la red. El aplauso de Martín Rodríguez, su coach, acompañaba el buen inicio. El partido lo manejaba Nico. El duelo de reveses cruzados eran suyos en la mayoría de ocasiones pero jugó pasivo cuando tuvo oportunidad de doble break.
Concretó sólo una de las ocho opciones que tuvo. Y cuando no se toman las oportunidades, después la cabeza juega una mala pasada. El cuerpo se pone tenso y los golpes comienzan a trabarse. Y eso le ocurrió. Entró en el juego del brasileño y allí, lejos de su territorio, le fue mal. Le quebraron el saque cuando servía por el set 5-4 y de ahí en adelante, el finalista de 2015 hilvanó dos games, los suficientes para llevarse el primer set por 7-5.
Caras tristes entre los espectadores porque el parcial siempre estuvo en manos de Jarry pero pecó en los momentos claves. Cuando su entrenador pedía que atacara el segundo servicio en posibilidades de quiebre, jugó pasivo.
Y lastimosamente para el chileno, el primer juego del segundo parcial siguió en esa tónica. Tuvo una posibilidad de quiebre pero no la aprovechó. Ya la actitud no era la misma y la cabeza pensaba más de la cuenta. El juego pasó a ser comandado por Dutra quien en cada acierto, cerraba el puño y miraba a su entrenador que estaba escondido entre todo el público chileno.
El parcial fue parejo hasta el octavo game, allí Dutra Silva consiguió el atesorado quiebre. Jarry cometió un error no forzado de derecha y luego una doble falta. Con el servicio 15-40, la actitud de su rival era activa. El revés se fue largo y Dutra cerró el puño. Miró a su entrenador con cara de diciendo: "Lo tengo, es mío".
Con el título en sus manos, el 85º del mundo no falló. Nico cooperó con la victoria errando dos reveses y una derecha cómoda, esos golpes que en la primera parte del partido, entraban. El saque encontró una devolución corta. Dutra cayó tumbado en el piso y se fue a abrazar con su entrenador.
Los aplausos de consuelo se hicieron sentir pero no fue suficiente. El sueño de conseguir un Challenger para el chileno seguirá esperando.
El consuelo
Tras un breve descanso, Jarry volvió a la cancha principal para la final de dobles, junto a Tomás Barrios, ante los argentinos Máximo González y Andrés Molteni.
Luego de una hora y ocho minutos de partido, el triunfo fue para los chilenos, por 6-4 y 6-3, el primero de Challenger para Barrios y el cuarto en dobles para Jarry.
Después de la extensa jornada, Nicolás Jarry manifestó que "pude llegar a las dos finales, mis papás me pudieron ver, que me ven poco, estoy contento por la semana, quiero seguir así, estoy jugando muy bien".
Con este torneo, Jarry subirá al puesto 216 del ranking, lo que le da un premio aparte. "Esto me da la clasificación a (las qualies de) los Grand Slams, que era un objetivo a principio de año", comentó.