Masters of Dirt es un show de motociclismo indoor que se desarrolla hace 10 años en Europa. Este sábado debuta en Chile y Sudamérica. Y su cartel destaca el regreso después de dos años de ausencia de Javier Villegas, más conocido en el mundo del freestyle como Astroboy.
El destacado rider es considerado el mayor exponente de su disciplina en el país. Cuenta con múltiples triunfos en los mejores circuitos del mundo, destacando los X-Games, X-Pilots en México y campeón del mundo de motocross freestyle en 2011. Hasta el domingo se encontraba compitiendo en Arabia Saudita y en las últimas horas arribó al país para empezar su preparación de cara a Master of Dirt.
¿Qué significa participar en Master of Dirt, un evento mundial que ha reunido a más de 1 millón de espectadores en cerca de 100 shows en 16 países?
Estoy muy feliz, sobre todo porque es la primera vez que se realiza en Chile y hasta ahora no había podido tener la posibilidad de formar parte de este encuentro entre grandes deportistas. Chile está preparado para eventos grandes de freestyle, pero falta arriesgarse y sacar adelante estos espectáculos. Creo que con Masters of Dirt va a tomar más vuelo y van a llegar grandes espectáculos de este tipo al país.
¿Qué destacas de este show por sobre otros?
Masters of Dirt es una locura total. Tienes acción, música en vivo, fuego, acrobacia tras acrobacia en bicicletas y motos. Todo durante dos horas seguidas sin parar. Mi parte favorita del show son los deportes de acción, las acrobacias. Es increíble ver en vivo giros de cabeza de un lado para otro, contorsiones espectaculares y siempre con caídas perfectas.
¿Será un bonito reencuentro con el público chileno?
Sin duda. Es un gran evento y mucho más bonito si es en mi patria, sobre todo cuando llevo dos años sin presentarme aquí. Va a ser un emotivo reencuentro con los chilenos.
Actualmente desarrollas un proyecto en EE.UU., llamado The Action Village, ¿de qué trata?
Este proyecto empezó casi como un juego en mi casa. Construí unas rampas y plataformas a mis hijos para que se entretuvieran en el patio y poco a poco empezaron a llegar sus amigos. Cada vez que venían yo las iba mejorando y en cada sesión ellos también se iban perfeccionando. Posteriormente les construí una piscina de espuma para que practiquen acrobacias, aprendiendo a hacer backflip, entre otros trucos. El menor del grupo es mi hijo Benjamín que tiene ocho años y el mayor un amigo de él, de 16. Todos hacen acrobacias en bicicletas y scooter, vamos a los parques y se lucen. Esto me ha llenado el corazón.