A los 12 años, Agustín Moya tomó prestado el saxofón de su padrastro y comenzó a practicar a escondidas las melodías que había aprendido en la flauta dulce, instrumento que domina desde los seis años, con el que participó en la orquesta de su escuela. Amaba la música y jamás se la habían restringido. Su padre, actor, de quien heredó el nombre, le había construido una sala de ensayo en el patio de su casa para que no molestara a nadie… y nadie lo molestara a él. Pero ahora estaba allí, en la casa que su madre compartía con un aficionado al saxofón, sacando a hurtadillas ese reluciente instrumento que no le pertenecía, pero que añoraba desde los siete años, cuando se había dicho a sí mismo "voy a ser saxofonista".

Hoy, a sus 35 años, Agustín Moya es profesor de la Escuela Superior de Jazz y un músico de trayectoria. El 28 de este mes, en el bar Thelonious, a las 21.00 horas, lanzará su cuarto disco, llamado Paréntesis, bajo el sello de Animales en la Vía. El álbum está dedicado a su primer y único hijo, por quien decidió hacer un "paréntesis" en su carrera el 2013. La entrada costará $ 4.000 y el valor del disco bordeará entre $ 7.000 y $ 10.000. Cuenta, también, que en la creación del disco se basó en las experiencias y el proceso de ser padre, y que este año decidió que ya era tiempo de retomar sus actividades como compositor.

Paréntesis, al igual que sus entregas anteriores - Viaje (2005), Infinito (2009), Espacio Elástico (2011) –, vuelve a incorporar la sonoridad "pop" que él mismo ha intentado imprimir en sus composiciones. Aunque se reconoce un fanático del bebop y de músicos como Charlie Parker o Sonny Rollins, el saxofonista afirma que sus mayores influencias se encuentran en la música popular, el funk y el hip-hop. "Es difícil describir la obra de uno, pero mi música está súper influenciada por los Beatles. La sonoridad siempre es jazzística. Es raro, porque mi manejo del instrumento es siempre jazzero, pero el proceso de composición es otra cosa. Creo que eso me da el sonido que quiero lograr".

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Foto: Dago Ulloa[/caption]

Moya ha participado en la grabación de más de 30 álbumes como sideman. Su habilidad con la improvisación lo ha llevado a tocar con músicos como Pablo Lecaros, Nicolás Vera, Sebastán Jordán, la Conchalí Big Band y la Ensamble Quintessence.

Al expresarse, Moya es algo hiperkinético: mueve sus manos para describir su nuevo álbum de manera detallada; alza la voz, se ríe, y termina un cigarrillo en pocas caladas. Luego habla de James Brown, de Michael Jackson, de The Headhunters y cómo el sonido de la fusión lo ayudó a escribir las seis canciones que componen Paréntesis, que califica de "simple y cantable". Además, dice, "este disco nuevo se parece al anterior aunque es más alegre".

Paréntesis fue grabado en vivo en el bar Thelonious junto al cuarteto compuesto por el baterista Félix Lecaros, el contrabajista Rodrigo Espinoza y el pianista argentino Leo Genovese.

Tributo a John Coltrane

Mañana miércoles, Agustín Moya junto al baterista Nelson Oliva, el pianista Sebastián Castro y el contrabjista Rodrigo Espinoza, interpretarán A Love Supreme, una suite de cuatro movimientos compuesta por el saxofonista estadounidense John Coltrane, grabada en 1964 y considerada una de las piezas más importantes de la historia del jazz.

Moya destaca que la relevancia de Coltrane en el jazz a nivel mundial es irrefutable, y se muestra contento de participar en el tributo, a los 52 años de la grabación del disco que marcó un antes y un después en la obra del saxofonista norteamericano. "Se trata de un disco espiritual -afirma- en el que Coltrane improvisaba sus solos de saxo mientras leía un salmo e intentaba expresar el sentimiento de adoración divina en la música que tocaba".

La propuesta vino del baterista Nelson Oliva, según cuenta Moya, quien quiso organizar un aniversario de la grabación del disco, pero resaltando el verdadero significado que Coltrane intentó plasmar en la composición.

El tributo a John Coltrane se realizará mañana a las 23.00 horas en el bar Thelonious y las entradas tendrán un valor de $ 3.000 en el mismo local.