En tiempos en que la NBA se rige por la fuerza, la individualidad y la exuberancia atlética de sus estrellas, en Salt Lake City reman contra la corriente. Y triunfan. No es que jueguen con enanos o basquetbolistas poco talentosos. El tema es que Utah Jazz, el actual líder de la División Noroeste, se mueve a una velocidad distinta a la de sus rivales. Es el equipo más lento de toda la competencia.
Hay que entender, eso sí, que en el básquetbol lento no significa malo. Los Jazz pueden dar una cátedra de eso, como el único equipo de la NBA que ejecuta el 10,3 por ciento de sus lanzamientos a cuatro segundos o menos de que se consuma el cronómetro de tiro (24 segundos por ataque).
Con ese estilo, que hoy puede parecer añejo en la liga estadounidense, la franquicia se ha consolidado como la revelación de la temporada. Lo que es más importante, sin una superestrella, aunque este año lograron meter al alero Gordon Hayward en la Noche de Las Estrellas, en la que sólo participa la elite de la elite de la NBA.
Hayward, de 2,03 metros, es el máximo anotador de Utah, con 22 puntos de promedio por partido. Su máxima particular desde que saltó a la máxima exigencia de esta disciplina, en 2010. Después de armar y desarmar la plantilla varias veces, la franquicia musical (originaria de Nueva Orleans, de ahí el nombre) al fin encontró la fórmula para volver a ser competitiva. De hecho, de no pasar nada extraño, deberían clasificar a los Playoffs, algo que no han conseguido en las tres temporadas anteriores.
Pero aquí el asunto no son las individualidades, sino el conjunto. El entrenador Quin Snyder, quien llegó a Utah en 2014, no tiene problemas en explicarlo: "Tienes que conocer a tu equipo. No tenemos corredores. Nuestros hombres grandes son tan eficaces como los de otros equipos, pero no podemos y no vamos a ejecutar nuestra ofensiva así".
Snyder, de hecho, compara su estilo con el de los Warriors, que hoy marcan la pauta como el elenco dominante del torneo. "Golden State hace la diferencia con su ritmo. Su ofensiva es tan explosiva que es fácil de decir, '¡Hey! esa es la forma en que se debe jugar, porque es eficaz'. Pero ojo, sólo es eficaz para Golden State", expone el DT.
El Jazz terminó último en ritmo de ataque en sus dos primeras campañas con Snyder como técnico. Y va por su tercer año con el mismo registro. Lo meritorio es que ha mejorado la eficiencia en cada temporada. En 2016-17 es la 12ª mejor ofensiva de la liga, con 106 puntos por cada 100 posesiones. Una marca para tener en cuenta.
Joe Ingles, alero australiano que también brilla Salt Lake City, destaca que en su plantilla hay nombres para jugar a las carreras, pero reconoce que el estilo de Snyder transformó a él y sus compañeros en una escuadra ganadora. "Donde realmente hacemos daño es en la ofensiva de media cancha. Podemos ejecutar tan bien, que estamos entre los mejores", sentencia.
Cuidado con el Jazz, entonces. Son lentos, aburridos para algunos fanáticos, incluso. Pero esa es la trampa de Utah, adormecer para luego conquistar.