"La que están borrando en otras partes, aquí la pusimos con orgullo". Carlos Heller le pasó con una frase provocativa hacia Colo Colo la camiseta número 15 y Jean Beausejour sonrió. Y enseguida, tras la primera respuesta del traspaso más caro en la historia del fútbol chileno, el feliz presidente de Azul Azul interrumpió sin que los medios le hicieran una consulta: "Aquí no hay una competencia con Colo Colo, de pasarnos jugadores de allá para acá. La inversión es grande, pero la hacemos con mucha conciencia. Nosotros estamos acá por el éxito deportivo".

Al carrilero se le veía entre inquieto y bromista. Posó con la camiseta junto al presidente, se sacó el polerón de entrenamiento y se puso la 15 que parecía atesorar. No prestaba mucha atención a Heller cuando le tocaba responder, mirando hacia cualquier lado. Se río al momento de la pregunta sobre la marcha de las AFP, donde sacó su faceta social. Cuando le preguntaron por la influencia de Jara en su llegada, dio pie para sacar a relucir su sentido del humor: "Sin quitarle méritos a Jarita, en nada. Estoy lejos de tomar mis decisiones por amiguismos", dijo entre risas.

Pero el morocho atacante, siempre receloso de las consultas, tenía claro que cuando le preguntaran sobre Colo Colo, su semblante iba a cambiar. La palabra "convencimiento" fue la que más utilizó para justificar su cambio de vereda.

¿Traición? "En Colo Colo fui muy feliz, me han tratado de maravilla todos los funcionarios, parte de la hinchada, pero esto no tiene que ver con sentimentalismos, tiene que ver con la convicción de venir acá. No culpo a nadie de mi salida de Colo Colo. Vine porque quise, soy feliz con la decisión que tomé, lo hago plenamente convencido. Lo mío con la U es el convencimiento de querer estar en el lugar que siento que me quieren".

El zurdo contó que solamente bastó un llamado de Beccacece y Bonini para vestirse de azul. Evitó cualquier populismo o confesión de su fanatismo de niño: "Quiero ganarme al hincha en la cancha, no con frases lindas".

La U, según Heller, ya está con el "plantel conformado". Luego de 20 minutos de conferencia, en el que sus respuestas se fueron haciendo cada vez más breves, se fue de la sala de prensas del CDA recordando su pasado de niño en El Sauzal, sin sentir ningún remordimiento por lo que dejó en Macul (los hinchas traicionados por su extremo transfuguismo) y con una frase exculpatoria: "Este tipo de decisiones ayudan, a la larga, a que esto es un deporte y fútbol profesional. Ayuda a que no se polarice tanto. Es muy importante, pero es fútbol profesional".