El jefe de las fuerzas armadas de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, anunció su candidatura para unas elecciones presidenciales en las que se espera que gane fácilmente.

Sisi, quien derrocó en julio pasado al ex presidente Mohamed Mursi del poderoso movimiento Hermanos Musulmanes luego de multitudinarias protestas, prometió combatir lo que calificó como una amenaza terrorista en Egipto, en referencia a los ataques que han escalado en los últimos meses.

"Hoy (miércoles) es mi último día en uniforme militar, pero continuaré luchando cada día por un Egipto libre del temor al terrorismo", dijo Sisi en un discurso televisado.

Sisi debió renunciar a sus cargos como jefe de las fuerzas armadas y ministro de Defensa para postular en las elecciones.

En un intento por limitar las elevadas expectativas sobre su eventual mandato, Sisi advirtió que no podía conseguir "milagros" en un país de 85 millones de habitantes que está sumergido en la pobreza.

"No puedo hacer milagros. En lugar de eso, propongo trabajo duro y abnegación", dijo. "Debemos ser honestos con nosotros mismos: nuestro país afronta grandes desafíos. Nuestra economía es débil, hay millones de jóvenes que sufren por el desempleo en Egipto. Esto es inaceptable", sostuvo.

Si Sisi resulta elegido, como se espera, marcaría un retorno formal a los días en que Egipto fue liderado por militares, un patrón interrumpido brevemente por el año en el poder de Mursi tras ganar las primeras elecciones democráticas en la historia del país.

Sisi asumiría el liderazgo de una nación que ha sufrido por tres años de graves turbulencias políticas. Desde la remoción de Mursi, Egipto ha sido escenario de las peores confrontaciones internas de su historia moderna.