Ante el Senado estadounidense y por primera vez, el director del Servicio Secreto de EEUU, Mark Sullivan, defendió hoy la integridad de su agencia tras el escándalo por la relación de varios agentes con prostitutas en Colombia y aseguró que se trata de un caso aislado.
Sullivan compareció ante el Comité de Seguridad Nacional donde dijo que el comportamiento de los efectivos implicados "no es algo habitual" y garantizó que en ningún momento se vio comprometida su misión o la seguridad del Presidente Barack Obama, que posteriormente asistió a la Cumbre de las Américas que se celebró en Cartagena de Indias entre el 13 y el 15 de abril pasado.
En total, 12 agentes están siendo investigados por haber salido a diferentes clubes nocturnos y haber mantenido encuentros con mujeres, algunas de ellas prostitutas, a las que llevaron al hotel donde iba a alojarse la comitiva presidencial.
Sullivan señaló que "no hay ningún tipo de justificación para este tipo de comportamiento" y se disculpó, pero aseguró que los agentes no tenían información sensible que comprometiera la seguridad del Presidente Obama y tampoco tenían armas, radios o artefactos de seguridad en su habitación cuyo robo pudiera haber supuesto un peligro.
Agregó que el personal de su organismo que viajó a Colombia antes de la cumbre tenía previsto ser informado sobre sus obligaciones el 12 de abril, el día posterior a la noche en que ocurrieron los actos de mala conducta.
La senadora republicana Susan Collins consideró que este comportamiento podía haber comprometido la misión de los agentes y afirmó que el hecho de que haya dos supervisores implicados le hace pensar "que esto no es un incidente único".
La comparecencia fue convocada por el senador independiente Joseph Lieberman, presidente del comité, quien solicitó las actas disciplinarias de los últimos cinco años para analizar si hay algún tipo de patrón de comportamiento entre los agentes del Servicio Secreto.
Lieberman pidió medidas para que no vuelva a suceder otro caso como el de Cartagena y "restaurar la credibilidad" de este cuerpo que se encarga de la seguridad del Presidente y del vicepresidente, así como de los candidatos presidenciales y de los mandatarios extranjeros en viaje oficial a Estados Unidos.
Además de Sullivan está llamado a comparecer el Inspector General Interino, Charles Edwards, responsable de la investigación interna del caso, apuntó Efe.
Nueve de los agentes investigados fueron apartados del servicio. Además, esta semana se conoció que las autoridades están investigando a tres empleados de la Agencia Estadounidense Antidroga (DEA). Esta investigación no está relacionada con el escándalo del Servicio Secreto, pero se basa en información que el servicio proporcionó a la DEA.
Paralelamente, cuatro empleados involucrados han decidido luchar contra su despido ante la justicia, afirmando que la agencia los convirtió en chivos expiatorios por cierto comportamiento en el extranjero que había sido tolerado siempre y cuando no causara problemas, reportó anoche el diario The Washington Post, citando fuentes, según Reuters.
La Casa Blanca reiteró ayer su confianza en Sullivan. El presidente Obama "tiene gran confianza en el Servicio Secreto, cree que el director ha realizado una tarea excelente", dijo el vocero Jay Carney.