Este martes, el jefe ejecutivo de Hong Kong, exigió el cese de las manifestaciones e instó este martes a Occupy Central, el principal movimiento prodemocracia, a cesar de "inmediato" al movimiento y permitir que la ciudad recobre un funcionamiento normal.
"Los fundadores de Occupy Central dijeron en varias ocasiones que si el movimiento se volvía incontrolable, pedirían su cese. Les pido ahora que respeten su compromiso y pongan fin inmediatamente a su campaña", señaló Leung Chun-ying, quien no había hablado desde los incidentes del domingo.
En respuesta a los dichos del jefe ejecutivo de Hong Kong, Occupy Central rechazó de plano sus llamados "Si Leung Chun-ying anuncia su dimisión, esta ocupación cesará, al menos provisionalmente", declaró su cofundador, Chan Kin-man, en conferencia de prensa.
Decenas de miles de personas, en su mayoría estudiantes, se volvieron a concentrar la noche del lunes en los barrios de Admiralty, no lejos de la sede del gobierno, Causeway Bay, y Mong Kok para manifestarse.
Al tercer día de ocupación, los manifestantes señalaron que no cederán hasta que China responda favorablemente a sus exigencias. "Debemos seguir luchando por la libertad y la democracia", explicaba una estudiante de 23 años, Phoebe Wong.
Sin sorpresa, Pekín reaccionó por boca del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, que calificó las manifestaciones de "actos ilegales que perjudican al Estado de Derecho y la seguridad pública".