El comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Juan Pablo Rodríguez, afirmó hoy que el espionaje contra el presidente Juan Manuel Santos es una "traición a la patria" y que los responsables deben ser descubiertos para que afronten un proceso judicial.
"Es muy grave lo que ocurrió y si hay algún funcionario del Ejército o cualquier fuerza implicado en este caso, esto puede ser considerado como traición a la patria", dijo el oficial.
El caso quedó al descubierto este fin de semana, cuando el gobierno reveló que un correo electrónico personal de Santos había sido interceptado.
Medios de prensa revelaron que dos de los mensajes conocidos no abordan asuntos de gobierno sino que tocan asuntos personales.
En uno de ellos Santos negocia la compra de obras del mundialmente famoso pintor y escultor colombiano Fernando Botero y en otro gestiona el envío de dinero para su hija, que estudia en Estados Unidos.
Santos expresó el domingo que el espionaje "constituye una actividad criminal" que es "grave, insólita e inaceptable", y que pidió a las autoridades identificar a los responsables.
"Este correo es uno de los más de mil de mis correos que desde hace algunos días se están filtrando selectivamente para causar el mayor daño posible, hecho que coincide con el inicio de la campaña electoral y que sugiere motivaciones políticas que deben ser indagadas para encontrar y sancionar a los responsables de esta conducta ilegal", afirmó el mandatario, que busca su reelección.
El gobernante anticipó que durante la campaña electoral, que concluirá con los comicios presidenciales de mayo, probablemente se conocerán mensajes suyos que son verdaderos con otros que son falsos.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dijo que Colombia pidió apoyo a los gobiernos de España, Corea del Sur, Israel y Reino Unido para que expertos en informática investiguen el caso.
La noticia sobre la interceptación del correo electrónico del jefe de Estado se conoció pocos días después de que la revista Semana denunciara un presunto espionaje de una unidad militar en contra de al menos tres delegados del gobierno en el proceso de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Santos culpó inicialmente de ese hecho a "fuerzas oscuras" que buscan sabotear las negociaciones, que se cumplen en Cuba desde finales de 2012, aunque luego matizó sus palabras cuando el Ejército le confirmó que los militares sí efectuaban operaciones encubiertas, aunque sin realizar un espionaje ilegal.