El dador de recuerdos sigue a Los Juegos de Hambre y Divergente en la saga de películas para adolescentes ambientadas en un futuro distópico, donde el mundo se transformó en un lugar poco deseable.

Pero El Dador no es una mera copia, porque de hecho es la primera. La cinta, que tiene como estrellas a Meryl Streep y Jeff Bridges y a los jóvenes Brendon Thwaites y Odeya Rush, es una adaptación de la exitosa novela de ciencia ficción del mismo nombre escrita por Lois Lowry en 1993; un proyecto que el mismo Bridges comenzó a empujar con anhelo hace 18 años.

El actor de El Gran Lebowski quería dirigir a su padre, el famoso actor Lloyd Bridges, antes de su muerte y al mismo tiempo hacer una película que sus niños pudieran ver. La novela había sido un éxito, ya era lectura obligatoria en los colegios de Estados Unidos y Bridges pensó que llevarla al cine sería muy fácil, por lo que en 1996 compró los derechos.

"Estaba tan equivocado", bromea hoy Bridges. Precisamente por vender más de 10 millones de copias y por ser un libro vetado en los noventa por tener contenidos que algunos consideraron no apropiados para niños -como la eutanasia-, pocos se animaron a tomar el riesgo. Además, El Dador, no era un libro fácil de adaptar. La mayor parte de la historia transcurre en la mente del protagonista y en casi dos tercios de ella no existe el color.

No fue hasta que el estudio Weinstein Company se decidió a llevarlo al cine -porque era uno de los libros favoritos de Harvey Weinstein y sus hijos-que la espera de Bridges comenzó a hacerse realidad.

"Fue desafiante", dice Jeff Bridges en la conferencia de prensa en Nueva York, dejando en claro que tuvo que ceder bastante para llegar a este momento. "Pero estoy contento de que tomara este tiempo porque este es el equipo adecuado".

Philip Noyce (Peligro inminente, El coleccionista de huesos) estuvo a cargo de la dirección y además de estrellas como Streep y Bridges, y de actores reconocidos como Alexander Skarsgard (True Blood) y Katie Holmes (Dawson's Creek), El Dador cuenta con unos cinco minutos en pantalla de la súper popular cantante Taylor Swift.

Con un presupuesto moderado de 25 millones de dólares el resultado es una película atractiva visual y sonoramente, pero que hasta ahora ya ha sumado algo más de 60 millones de dólares en taquilla;  una cifra menor para este tipo de filmes, que esperan convocar masivamente al público joven.

El viaje de Jonás, el héroe

El Dador de recuerdos  nos sitúa en un mundo aparentemente perfecto donde todos son iguales y no hay conflictos. Todas las casas son idénticas, no hay razas, todas las familias tienen un hijo y una hija, no hay nada que temer ni decisiones que tomar.

Lo que pasa y no pasa en este mundo es controlado por un "comité de ancianos" liderado por Meryl Streep, que para olvidar el dolor y el sufrimiento decidió abolir la emoción y la memoria.

En este escenario conocemos a Jonás (Brenton Thwaites), un adolescente de 16 años, que recibe la misión de ser el próximo "receptor de la memoria", cargo necesario en caso de que la comunidad necesite información del pasado.

Jonás visita diariamente al dador de la memoria, papel encarnado con gracia por Jeff Bridges, quien desde su casa llena de libros  le va mostrando cómo era el mundo antes de "la monotonía". Eventualmente la película se transforma en el viaje del personaje por devolverle al pueblo la memoria, las emociones y la libertad de elegir.

"Una de las cosas que me gusta de esta película, y del libro, es que no le mete al público un mensaje por la garganta", dijo Bridges. "Pero espero que sí les haga preguntarse qué estamos dispuestos a hacer por estar cómodos y seguros, y cuál es el verdadero costo de eso como seres humanos", agregó.

Para Meryl Streep la solución no pasa por reprimir las emociones. "Es el punto del libro", dijo . "No puedes dejarte las cosas adentro, no podemos suprimir las cosas que nos hacen humanos, no tiene sentido tratar", agregó.

Además de su admiración por el libro y por el director Philip Noyce, Streep dijo que lo que la motivó a hacer esta película fue trabajar con Bridges. "Siempre quise trabajar con este caballero, toda mi carrera y nunca tuve la oportunidad".

Para Bridges el proceso fue un desafío espiritual donde tuvo que aprender a "dejar ir" y a ceder en muchas cosas necesarias para la adaptación. como por ejemplo, aceptar que Jonás en vez de tener 12 años, fuera adolecente.

Pero a pesar de que Hollywood agregara además romance y drones, para Lois Lowry, la autora del libro, la película hace un buen trabajo al mantener el espíritu de la historia, según dijo en la conferencia. "Buenas cosas le llegan a quienes esperan", agregó proverbialmente.