Un asesino, dos cómplices y 28 muertos. Todo representado por una sola persona en escena, sin sangre, sin pistolas y sin cuchillos. Eso es Jerk. Pero no se equivoque, esto es gore. Títeres gore inspirados en hechos reales.
El caso es escalofriante. Un tipo que solía darles dulces a los niños, mata entre 1970 y 1973 al menos a 28 jovencitos. Se conoció como "los asesinatos masivos de Houston", que entonces ostentó el triste récord de ser el peor caso de asesinatos en serie de EE.UU. Los crímenes incluían tortura, violación y a dos cómplices adolescentes que llevaban a sus propios amigos a cambio de algunos dólares. Uno de ellos terminó matando al sicópata. El otro es el personaje protagonista de Jerk. Y Jerk es la obra francesa que se estrena mañana en el GAM, invitada por Stgo. a Mil, festival organizado por Fitam y presentado por Minera Escondida (operada por BHP Billiton).
Los asesinatos inspiraron al escritor estadounidense Dennis Cooper a escribir un texto en el que David Brooks, el cómplice protagonista, crea en prisión una obra de títeres con la que cuenta los crímenes a un panel de estudiantes de Sicología. Esa es la historia de Jerk. El público es ese panel de sicólogos, Jonathan Capdevielle es Brooks y los títeres son todo lo demás, asesino, cómplice y víctimas varias.
"Las marionetas son la mejor forma para hablar sobre la violencia", dice Capdevielle a La Tercera. Los títeres de guante le permiten hacer los sonidos y movimientos de crímenes de forma explícita, saltándose los límites que pondría la censura y el tabú. Por ejemplo, cuando el sicópata y su cómplice se cubren las caras con máscaras de animales para violar a un niño.
"La historia que están a punto de presenciar es verídica y se basa en mis experiencias como asesino de adolescentes", dice Capdevielle en un suave español al principio del montaje. Porque a pesar de ser francesa, la obra se presentará en Chile en castellano, gracias a que se tradujo para sus presentaciones en España y México, las que siguieron al estreno francés del 2008.
Y aunque el personaje dice que todo es real, Capdevielle advierte que sólo las cifras de asesinatos y los lugares en que ocurrieron son verdaderos. Lo demás es ficción de Cooper y creación de él y de Gisèle Vienne, directora de la obra y con quien creó en conjunto el montaje.
"Traté de hacer al personaje lo más aterrorizador y frágil posible. Tuve buenas referencias cinematográficas, como Psicosis, El exorcista, Chucky y Magia. Trabajé en Jerk como un niño juega con sus juguetes, hablando con personas irreales o tratando de darles a ellos diferentes voces", cuenta Capdevielle. Y eso es lo que hará desde mañana y hasta el viernes: presentar la historia más sangrienta de este festival.