Después de un 2011 exitoso, en el que se ganó etiquetas como "el tesoro escondido de Hollywood" o "la actriz más exitosa de la que nadie ha escuchado" -como la describió The Telegraph-, pero en que mantuvo, precisamente, cierto anonimato, ahora Jessica Chastain terminó de consolidar la promesa que había insinuado en los seis filmes que protagonizó el año pasado para convertirse en la nueva favorita de Hollywood.

El responsable de su gran salto -que la tiene como favorita a los Oscar y ya le valió nominaciones a los Globos de Oro y al premio del sindicato de actores (SAG)- es su rol en Zero dark thirty, la última película de Kathryn Bigelow (Vivir al límite). Ahí, Chastain interpreta a una analista de la CIA, que en la vida real fue la gran impulsora de la cacería de una década en búsqueda de Osama bin Laden, que terminó con su asesinato en 2010.

Como ella misma reveló, debió apostar por el papel en la codiciada cinta. Esto, porque para poder protagonizarlo, renunció a estar en Oblivion, con Tom Cruise.

"No le podía decir a la gente cuál era mi papel. Ni siquiera mis agentes habían leído el guión. No podía explicar la importancia de lo que estaba haciendo", explicó la actriz californiana sobre el secreto que rodeó el proyecto, uno de los más esperados de la temporada en Hollywood y también uno de los que se guardaron en más estricta reserva. Política que se extendió a la agente de la vida real que inspiró su rol, ya que, como era una miembro de la CIA, los detalles de su vida no podían ser revelados. Por eso, Chastain inventó toda clase de detalles e historia para armar el papel. "Todas las preguntas que no pude contestar con la investigación, tuve que usar mi imaginación", contó en una conferencia de prensa.

El rodaje no fue más fácil. "Estaba en una parte del mundo en que no me trataban con mucho respeto (filmaron en India y Jordania). Me sentí realmente invisible, alienada y sola, pero siempre trato de usar cualquier emoción en mi beneficio, así que lo ocupé en el rol", aseguró sobre el proceso.

Zero dark thirty no es la única cinta en la que llamó la atención; en septiembre, Chastain apareció en Lawless, de John Hillcoat, con guión de Nick Cave y donde compartió pantalla con Tom Hardy y Shia LeBeouf.

El buen momento de la figura de 35 años formada en Juilliard se extenderá con otros tres proyectos en carpeta. Uno de ellos es el filme de horror Mama, con Nikolaj Coster-Waldau (Game of thrones) y producida por Guillermo del Toro. Y el díptico The Disappearance of Eleanor Rigby: His y Hers, junto a James McAvoy y que cuenta cómo cambia la vida de un matrimonio tras una experiencia límite, desde las dos perspectivas, la de ella y la de él. Además, es candidata a estar en el thriller Good people con James Franco. "Siento como que me tomé diez años de descanso antes de todo esto. No tengo 17 años. Ha sido un camino muy extraño. He querido ser actriz toda mi vida, pero me tomé la ruta lenta", dijo ella sobre su agitado presente a Moviefone.