La declaración de Gerardo Joannon Rivera (77) se tomó bajo estricta reserva, la tarde del 28 de mayo pasado, en la Brigada de Derechos Humanos de la PDI, ubicada en la comuna de Macul.

El sacerdote testificó en calidad de imputado, y en esta instancia reconoció, ante la fiscal Erika Vargas, "que tuve conocimiento de cuatro casos de adopciones irregulares o inscripciones irregulares, como lo deseen llamar". Todo esto en la indagatoria de una supuesta red de adopciones irregulares, que habría funcionado en los años 70 y 80.

Más tarde, el 19 de junio, la persecutora se declaró incompetente y traspasó la causa al ministro de  la Corte de Apelaciones de Santiago Mario Carroza, quien resolvió indagar 12 casos que caratuló como "sustracción de menores". Entre ellos se encuentran, justamente, las denuncias contra el presbítero, miembro de la Congregación de los Sagrados Corazones (SS.CC.)

EL ORIGEN

Según el testimonio entregado por el religioso a la fiscal y a la PDI, al cual La Tercera tuvo acceso, el primer caso  en que éste habría intervenido data de 1972. En esa fecha, según declaró, "fui contactado por un colega sacerdote, quien se encontraba fuera de Santiago, con la finalidad de que pudiera ayudar a una familiar suya, quien era de 19 años, menor de edad (según la legislación de la época) y (que) estaba embarazada".

De acuerdo con Joannon, "tomé contacto con esta familia, en especial con la joven, a quien siempre la insté a llegar al término con su embarazo. Dentro de este contexto la abrí a otra realidad, en el sentido de que ella supiera que existía la posibilidad de dar en adopción a su hijo".

Luego de que la familia de la entonces menor de edad se contactara con un médico, de iniciales E. K. F., se produjo el nacimiento del lactante. Según Joannon, el mismo facultativo fue el encargado de atenderla "en el parto y, supuestamente, realizó todos los trámites para dar en adopción a ese menor". Respecto de esta situación, el sacerdote aseguró no conocer "qué habrá ocurrido con este menor ni tampoco quién fue la familia que lo adoptó".

En la investigación que instruyó la fiscalía, el sacerdote reconoció haber sabido de un segundo caso. Este, según dijo en la misma declaración, se vinculó "con el hijo adoptivo que obtuvieron I. R. R. y su esposo, de apellido D., quienes me presentaron (al menor adoptado) en su casa, una vez que me invitaron a comer". En este caso, Joannon reconoció al equipo de la PDI haber participado, incluso, del bautizo del infante.

Años más tarde, en 1983, el otrora párroco de La Anunciación habría acompañado en su embarazo a una mujer de iniciales C.C. Según testificó el religioso a la policía civil, "ella es una mujer muy ligada a mí en el contexto de amistad desde hace muchos años a la fecha, la conozco desde que tenía aproximadamente 12 años". Su vínculo se estrechó a través de sus padres, quienes eran encargados de la Pastoral en el Colegio Sagrados Corazones, en Ñuñoa. A los 22 años, relató Joannon, esta mujer quedó embarazada de su pololo, de iniciales A. R.

"C. C. se atendía con el doctor (Gustavo) Monckeberg, quien es la persona, según lo que me he enterado, que le sugiere que dé en adopción a ese menor. Al momento de dar a luz ella lo hizo en la Clínica Santa María, lugar donde concurrí aproximadamente unos tres días después del nacimiento, enterándome de boca de Monckeberg que la guagua había muerto".

El presbítero declaró ante la fiscalía no haber visto el cuerpo ni haber participado del funeral del recién nacido. Sin embargo, precisó, hace 10 años una sicóloga lo contactó con una joven de iniciales S.M., "quien efectivamente era la hija dada en adopción por C. C., no recuerdo cómo llegó a mí o por qué ella solicitó hablar conmigo, yo le conté que el doctor Monckeberg me había dicho que ella había muerto".

El cuarto caso, actualmente  investigado por el juez Mario Carroza, corresponde a la adopción irregular de T. H. "Fue en el año 1987, ella era hija de una familia muy cercana y amiga, quienes se encontraban con el problema de que una de sus hijas, de unos 22 años, había quedado embarazada. Por el lado de la madre de T. H., la idea era que abortara a ese hijo, pero por parte de T. H., era conservar al menor", confesó Joannon a la fiscal.

El religioso agregó que "según mis registros, participé en estos procesos entre los años 1972 al 1987 (...). Sólo tengo la certeza de que Monckeberg y K. (eran) los únicos que en más de una ocasión hicieron este procedimiento".

Consultado por la indagatoria del ministro en visita, el abogado Eduardo Novoa, defensor del sacerdote, dijo que el traspaso de la causa "no es que dé más garantías, sino que es un tribunal de mayor jerarquía el que va a investigar".

Una etapa pendiente es ratificar el testimonio del sacerdote. Esta diligencia permitirá validar su declaración y, eventualmente, realizar preguntas al ministro Carroza que quedaron inconclusas.