Lo que para cualquier músico independiente de fines de los 80 sería la victoria definitiva del credo alternativo, la conquista de otras tierras para una de sus franquicias más insignes, para Joey Santiago (48), fundador y guitarrista de Pixies, es apenas otro día más en la oficina: "¿Qué pienso de que Lollapalooza se haga fuera de EE.UU.? No tengo en realidad un sentimiento especial sobre eso. Es simplemente otro festival. Podrían llamarlo de cualquier otro nombre y seguiría siendo un festival. Yo simplemente llego y toco. Pero si es la primera vez que sale de EE.UU. y se escogió a Chile, me imagino que eso es bueno para ustedes, ¿no?".
Sí: ha sido bueno para Santiago y, para su próxima edición, será la nueva oportunidad de ver en vivo a uno de los conjuntos esenciales de los últimos 30 años, luego de su recordado debut local en otro evento para las masas, el festival Maquinaria de 2010, y el show de cuatro días después en el teatro La Cúpula, en la misma jornada donde los 33 mineros fueron rescatados desde la mina San José. La sincronía hizo que la banda interpretara igual número de canciones, en lo que, hasta ese momento, se convirtió en su recital más extenso. Y como otro paralelo, los hombres de Where is my mind? retornarán al mismo sitio para una presentación extra el 28 de marzo.
"Me acuerdo cuando vimos por la TV a los mineros saliendo del túnel y estaban todos muy emocionados. Charles (Black Francis, líder y voz del grupo) le habló a la audiencia en español. Y tocamos un tema por cada uno. Eso fue todo. Ahora creo que será una oportunidad para descubrir más la ciudad", promete Santiago, al teléfono desde Denver.
De algún modo, su distancia con Lollapalooza se forjó mucho antes, en 2005, cuando tocaron en la cita original de Chicago. "Era un público enorme, pero todo estaba demasiado borroso para mí", rememora. Pese a los recuerdos brumosos, el paso de Pixies por el espectáculo fue parte del esperado tour de regreso iniciado en 2004, el que puso fin a una pausa de 11 años, luego de una disolución marcada por las batallas intestinas y a las puertas de una popularidad que se esfumó.
Un retorno que desde el año pasado remató en la salida de dos EP -EP1 (2013) y EP2, estrenado en enero- y una nueva crisis donde han vuelto a acechar los fantasmas de antaño, con la salida de la histórica bajista Kim Deal, en junio, y el posterior despido de su reemplazo, Kim Shattuck, quedando finalmente Paz Lenchantin, nacida en Argentina.
¿Cómo ve a la banda hoy?
Nos estamos divirtiendo demasiado. Siempre lo hemos hecho, pero ahora es más que nunca. Los últimos dos a tres años fueron muy malos, fue muy difícil convencer a Deal de grabar temas nuevos, por lo que ahora somos la banda que siempre quisimos en este retorno. Estamos tocando con mucha intensidad y ruido y me parece que una de las razones es Paz, ella nos ha renovado y nos ha hecho volver a disfrutar de esto. Todavía no está definido, pero estoy muy a favor de la idea de que se quede.
¿Qué es lo más complejo de reemplazara Deal, quizás la integrante más célebre del grupo?
Lo más difícil fue el primer recital y el miedo a cómo te van a recibir los fans. Pero ya hemos llegado a la conclusión de que fue lo mejor para todos. Yo, al menos, nunca tuve tiempo para estar recordando o lamentándome por la partida de Kim. Con el tiempo, la banda llegó a funcionar como siempre.
¿A veces no siente que dan la impresión de un conjunto inestable?
Es como cualquier grupo, tenemos una dinámica propia. Más aún hoy, donde cada uno hace lo suyo, pasamos días enteros sin vernos y hacemos giras más acotadas, para así también poder descansar y volver a nuestras casas para disfrutar de nuestra propia vida. Cuando volvimos a tocar en 2004, no podíamos creer que tanta gente nos adorara y que los festivales nos pusieran en horarios tan importantes. Fue como decir: "¿Así de gigantes somos?". Y en base a eso debimos ordenarnos.
¿Aún le sorprende que el culto haya crecido cuando el grupo no existía?
Fue una sorpresa. En los 80 sabíamos que éramos una banda distinta entre todos esos músicos de heavy metal. Sabíamos que no éramos una banda pop, aunque, ojo, éramos mucho más pop de lo que la gente pensaba. Y sabíamos que estábamos inventando un género más ruidoso, que, en nuestro interior, nos gustaba mucho. Sólo bastaba con eso, porque no nos importaba si a la gente le gustaba de igual manera.
¿Hoy, por qué han decidido lanzar sólo discos en formato EP?
Llegó un momento en qué pensamos "Si queremos que esto sea en serio, ya es hora de grabar algo nuevo". Y nos parece lo mejor, porque hace que podamos girar más y es un modelo de negocios mucho más rentable.