El secretario de Estado nortamericano John Kerry pidió el domingo en El Cairo a los dirigentes iraquíes que superen las divisiones sectarias, asegurando que no le corresponde a su país escoger a los líderes de Irak y que Washington no es "responsable" de la crisis en ese país.
Aunque no ha reclamado formalmente la renuncia del jefe de Gobierno iraquí, Nuri al-Maliki, Estados Unidos, que lideró en 2003 la invasión que derrocó a Saddam Hussein, no oculta su desaprobación del primer ministro chíita, acusado de haber intensificado las divisiones entre confesiones religiosas.
Los yihadistas del "Estado Islámico en Irak y en Levante (EIIL) tienen una ideología violenta y represiva. No solo es una amenaza para Irak sino también para toda la región (...). Estamos en un momento crítico y debemos pedir a los dirigentes iraquíes que superen sus diferencias confesionales", dijo Kerry.
En una rueda de prensa en El Cairo tras entrevistarse con el presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, Kerry solicitó un "gobierno iraquí unido que represente a todas las partes del pueblo iraquí para hacer frente al EIIL". Irak "gozará así de nuestro apoyo y del de todo el mundo para enfrentar al terrorismo", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.
Kerry afirmó que su país no se va a involucrar en la política de Irak, que "corresponde" a los propios iraquíes, y agregó que kurdos, suníes y algunos chiíes han expresado su insatisfacción por la situación en el país árabe.
"EEUU no es responsable de lo que está pasando en Irak y Libia", dijo Kerry, que apuntó que el fallecido dictador libio Muamar al Gaddafi "fue el culpable" y contra él el pueblo se levantó.
Kerry justificó la invasión estadounidense en 2003 para "establecer un país más democrático". "Estados Unidos derramó su sangre y trabajó duro para que los iraquíes tuvieran su propio gobierno, pero el EIIL llegó desde Siria y comenzó a hacer un complot interno. Han atacado a las comunidades y son los que están impidiendo que Irak tenga el gobierno que quiere", añadió Kerry.
Asimismo, señaló que Estados Unidos está trabajando con muchos países, como Egipto e Israel, para hacer retroceder a los yihadistas.
También pidió a los países e individuos que no financien el terrorismo y que estén seguros del destino final de las donaciones cuando financian proyectos humanitarios.
Por su parte, el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shukri, dijo en la misma conferencia que Egipto y EEUU "comparten la preocupación por la situación en Irak" y abogó por "respetar la integridad de Irak, su unidad nacional y la inclusión de todas las partes".
Las declaraciones del secretario de Estado se produjeron en una rueda de prensa conjunta con su homólogo egipcio en El Cairo, tras una breve visita sorpresa a Egipto en la que pidió reformas democráticas al presidente Abdel Fatah al Sisi, ex jefe del ejército que destituyó y encarceló al islamista Mohamed Morsi.