"Es un tema de la justicia. No voy a hablar". Un día antes de cumplir tres años exactos como presidente de la U, Carlos Heller tuvo que soportar un nuevo bochorno por culpa de sus hinchas. En Azul Azul están preocupados. Por ahora, prefieren guardar silencio. Están a la espera de un comunicado oficial de la Conmebol. Sin embargo, asumen que la sanción puede ser dura. El equipo laico es reincidente. Arriesga una multa, prohibición de hinchas visitantes o jugar la vuelta sin público local. En el club avisan que para la vuelta sólo les entregarán 50 entradas a Corinthians, en galería.

Sí habló Johnny Herrera, el capitán, y para cuadrarse sin mirar con la hinchada: "Claramente fue un abuso. Quizás como consulado se podría ayudar en algo. Hubo gente que apalearon, señoras, niños".

Palabras que molestaron en la dirigencia. No entienden que opine antes de saber qué ocurrió. Matías Rodríguez sí se animó a cuestionar a los barristas ("nos preocupamos, pero no vamos a salir a defenderles si empiezan a romper un estadio, cosa que ni acá ni en ningún lado debe pasar"), pero tras ser encarados por fanáticos en el aeropuerto, se arrugó ("les pido disculpas, no fue mi intención que se sintieran mal. Sentimos mucho lo que pasó, nadie quiere ver cómo les estaban pegando", dijo a través de un video.

Por su parte, en Chile, Celso Morales, diputado de la UDI, le pidió a Estadio Seguro que tome cartas en el asunto y prohíba que los hinchas involucrados en el incidente vuelvan a pisar un estadio en Chile o en el extranjero.