Todos los aplausos y felicitaciones en las últimas semanas se las han llevado principalmente Patricio Rubio y Mathías Corujo. Ambos han sido clave con sus goles ante Palestino, Universidad Católica y ayer frente a Cobreloa, para mantener a Universidad de Chile en lo más alto de la tabla de posiciones.
Pero hay un hombre, allá al fondo, resguardando los tres palos, que ha cumplido un papel brillante, especialmente en los dos últimos partidos. Johnny Herrera, el hombre en cuestión, volvió a erigirse como figura con dos tapadas sensacionales.
Casi 24 horas después de calificar a Julio Barroso de "cara de raja" por sus acusaciones a mitad de semana por la supuesta falta de transparencia en el torneo, el seleccionado chileno volvió a demostrar que lo suyo va mejor con los guantes puesto en su hábitat natural.
Así como en el clásico universitario apareció en dos jugadas clave tras la apertura de la cuenta de Patricio Rubio, en el norte volvió a mostrar toda su categoría cuando le ventaja era exigua para el líder del torneo.
Primero, para ahogarle el grito de gol a Gabriel Méndez, sobre la media hora. Luego, en el arranque del segundo, cuando sacó con el hombro derecho un remate casi en plena área chica de José Luis Jiménez. Ambas, con el marcador sólo 1-0 para los azules.
Curiosamente, después de aquella segunda atajada, vino la respuesta de la U que terminaría liquidando el compromiso. Las anotaciones de Rubio y de César Cortés, quien no convertía un gol por torneo nacional desde hacía 19 meses, le dieron tranquilidad al puntero.
"Cobreloa tuvo sus oportunidades de gol, pero Johnny (Herrera) estuvo extraordinario. Mantener la valla sin goles es un logro. Los equipos se forman de atrás para adelante y creo en eso", reconocería Martín Lasarte, feliz por la actuación de su portero.