Seis meses duró la militancia del ex ministro Jorge Arrate en el PC en 2009. El ex presidente del PS -partido al que renunció tras 46 años- fichó en las filas comunistas para viabilizar su candidatura a La Moneda ese mismo año. Y dimitió -a través de una carta privada al comité central comunista- poco después de su fallida aventura presidencial.

La última carrera a Palacio, sin embargo, sorprendió a Arrate y sus otrora "correligionarios" en veredas opuestas. Mientras el PC respaldó a Michelle Bachelet y ahora alista su ingreso al futuro gobierno, el ex ministro fue crítico de esa alianza y ni siquiera votó en las pasadas elecciones. Pese a ello, las relaciones entre ambos están lejos de estar cortadas y el también ex embajador es uno de los invitados a la tradicional "fiesta de los abrazos", convocada para el 11 y 12 de enero, con que los comunistas celebran el inicio de año.

Usted ha tomado distancia de la estrategia de convergencia con la Nueva Mayoría que tomó el PC para estas elecciones y que hoy lo tienen ad portas de incorporarse al gobierno de Bachelet. ¿Cree que fue el anhelo histórico de volver a La Moneda lo que primó para que optaran por esa vía?

Hay varios factores que jugaron. Uno es el que usted señala, lo que no es un anhelo de poder banal, es una reivindicación histórica: ser un partido como los demás, con los mismos derechos, respetado del mismo modo. Yo celebro que así sea. En segundo lugar, el PC en general es un partido de horizonte largo y, por lo tanto, ellos han hecho esta opción con una perspectiva que -a mi juicio- tiene que ver, básicamente, con un rescate de la vieja unidad socialista comunista.

¿Es viable ese intento por restablecer la unidad comunista-socialista de la UP?

Creo que, no obstante eso, es deseable como la imagen de una polola que uno tuvo a los 18 años, desgraciadamente la realidad nos muestra que la vida pasa implacablemente. Las circunstancias históricas, los momentos, la naturaleza de los partidos es totalmente distinta a lo que fue la época del Allendismo, y creo que el PS es un partido muy distinto al que fue entonces. También juega una cierta desconfianza en un proyecto que pretenda aglomerar a la izquierda, porque la izquierda es muy variada y compleja. Hoy todavía no hay las fuerzas centrípetas suficientes como para ese proyecto y más bien lo que ha operado en la izquierda son fuerzas centrífugas.

¿Usted cree que esta unión del PC con la Concertación habría sido posible sin Bachelet como candidata? 

Un socialista facilita esa alianza. Para el PC habría sido muy difícil hacer esta alianza con la base radicada en un democratacristiano o un PPD. Con un socialista es posible esa recuperación con la polola de los 18 años. Segundo, en el caso de Bachelet, ella es una socialista, es una mujer que tiene historia de izquierda, cuando fue presidenta tuvo por lo menos en lo formal  un trato muy digno hacia el Partido Comunista. No es mucho, pero en la situación que se vivía es algo. Bachelet le agrega un elemento a eso y mi percepción es que, y no tengo ninguna prueba, en sus cavilaciones y en sus demandas ella planteó en algún momento que iba de candidata si tenía el apoyo del Partido Comunista y de la izquierda. Le habría sido mucho más difícil ir de candidata si había un candidato sólido de izquierda, apoyado por el Junto Podemos, el Frente Amplio y otros sectores.

Era el PC, como partido más cercano a las fuerzas extraparlamentarias, el llamado a hacer converger a la izquierda en un frente común? 

Aquí es un terreno resbaladizo, porque el PC durante muchos años hizo el Juntos Podemos y el Juntos Podemos Más, fue un gran esfuerzo de sumatoria. Yo no podría hacerle el cargo al PC de no haber intentado  hacer eso. Lo que pasa es que lo hizo como estrategia de sobrevivencia y de lo que se trata de es de hacerlo como estrategia de crecimiento, de desarrollo. Creo que la línea que habría dado más posibilidades de desarrollo era la línea de levantar banderas propias.

 ¿Y cuáles son los elementos que le hacen a usted señalar que el PC es un elemento menor en su entendimiento con la Nueva Mayoría?

Primero, hay un tema cuantitativo, es una alianza desequilibrada. Entonces creo que el país tendría más posibilidades de avanzar en la dirección de los grandes cambios que están proponiendo con una izquierda que converge.

Considerando las expectativas que se han generado para el próximo gobierno, ¿cree que el PC hizo una apuesta arriesgada?

Yo creo que es una apuesta arriesgada.

Usted considerará que es raro lo que le voy a decir, pero yo deseo que al PC le vaya bien porque, si le va bien, quiere decir que el PC ha contribuido a impulsar al gobierno a asumir los cambios que la ciudadanía quiere. Es una coyuntura compleja, pero admito que aquí hay una oportunidad. Y el rol del PC en esa oportunidad es importante. Ahora, para serle sincero, considero que es una oportunidad mínima.

¿Mínima?

Sí. Muy pequeña.

¿Por qué es tan mínima?

Porque las fuerzas que operan al interior de la Concertación son fuerzas que lo que van a tratar de hacer es de limar las uñas y desgastar el programa que ha planteado la candidatura de Bachelet. Inmediatamente después de la segunda vuelta salieron algunos importantes representantes democratacristianos diciendo que no había ninguna posibilidad de asamblea constituyente, ¿por qué no lo dijeron antes de la votación?

¿Y cree que sea posible gobernar con un pie en la calle y otro en La Moneda, como plantea Camila Vallejo?

Es posible cuando uno genera las condiciones. La política transformadora no se hace desde terreno seguro, ésa es la conservadora. La transformadora requiere ir a los bordes, asomarse al acantilado y eso es lo que la Concertación no hizo cuando fue gobierno. Entonces, ¿lo va a hacer este gobierno? Yo creo que el PC va a impulsar en esa dirección, y obviamente, eso implica ciertos riesgos.

¿Qué espacio debiera ocupar el PC en el futuro gabinete?, ¿instalarse en un puesto de segunda línea, casi simbólico, o asegurar un ingreso masivo, con sus mejores figuras?.

Creo que el PC debería aspirar, y creo que aspira, a participar en el gobierno en igualdad de condiciones que los otros partidos. No hay ninguna razón por la que el Partido Comunista tenga que aceptar un rol secundario, como de amante detrás de la puerta. Si va a ser un miembro del gobierno, va a tener que ser un miembro pleno del gobierno, con plenitud de derechos, eso pienso.

¿Piensa que el PC corre riesgo de descapitalizarse en esta apuesta?

Tiene varios riesgos que ha asumido, que ha calculado. Uno de ellos es que el resto de la izquierda mira con sospecha esta decisión. Otro es que es probable que esto incida desfavorablemente en su presencia en los movimientos sociales, particularmente del movimiento estudiantil, pero son riesgos que creo el Partido Comunista va a calcular y ha sopesado. Ha tomado esa decisión que le repito, yo no comparto.

¿Ve al PC yéndose del gobierno a medio camino, si es que las cosas no resultan?

Es que no se trata de que lo vea o no lo vea, simplemente es una opción. No la descarto, seguramente para los propios comunistas esa es una opción que existe. ¿Usted ve a la DC yéndose del gobierno?, también es una opción.

¿Cree que Bachelet ganaba sin el respaldo de los comunistas?

Bueno, en la primera vuelta no ganó, incluso con el PC. Ni con ese respaldo consiguió el objetivo que se habían planteado, a mi juicio, cometiendo un error…

Que se ganaba en primera vuelta...

Primer error: que ganaba en primera vuelta. Segundo error, que ganaban con una mayoría muy importante y sacaron menos votos que la segunda vuelta del 2005. Son dos errores de campaña que yo no logro entender, simplemente los entiendo como la creciente incapacidad de la Concertación de entender la opinión ciudadana. Creo que el voto del PC, sí, fue muy importante para Bachelet… lo que pasa es que pudo haberlo tenido en segunda vuelta.

¿Y qué ganaba la izquierda llevando un candidato único en una primera vuelta si eventualmente en segunda vuelta lo más probable era que se apoyara a Michelle Bachelet?

Bueno, lo que se gana en una campaña, si las elecciones no son solo para ganarlas. Es bueno ganar las elecciones, pero también son muy lindas las elecciones que se van a perder, pero que le dan a uno todo el campo de penetración, de libertad, de concepción, de fuerza. Eso es también una elección. Entonces, cuánto cree usted que habría sacado un candidato joven o mujer, de izquierda, nuevo, que se encargara de lo que fue el movimiento del 2009, del 2011. Creo que habría sacado una votación importante, bien importante, porque no había otros candidatos que capitalizaran esa votación y eso no se hizo.

¿No cree que la Nueva Mayoría con la que pactó el PC en esta ocasión es muy distinta a la Concertación con la que usted rompió y con la que los mismos comunistas se enfrentaron en otra época?

Tiene una diferencia importante y es que ahora fue derrotada una vez. Yo me fui de la Concertación antes de que fuera derrotada, me fui cuando la Concertación era poeta, era triunfante y todos dijeron "ah, se quiere dar un gustito, ser candidato a presidente, ya volverá", y yo no he vuelto.

No es muy distinta esta nueva coalición, ¿o lo es?

Es que la Concertación perdió. Eso fue traumático, hace cuatro años perdieron el aparato del Estado, pero se salvó la elite de los parlamentarios, los alcaldes. Eso es lo que mantiene, es el esqueleto que mantiene las finanzas, el financiamiento público, si los partidos son una vergüenza. Lo que subsistió al terremoto de la derrota fue esa elite, que fue la que continuó remando los cuatro años, pero es una Concertación que ya perdió, tuvo una elección y se dio cuenta que sola ya no podía por su desgaste. Ese es el cuento, la Concertación cambió porque perdió. Yo celebro que la Concertación hoy día se plantee seriamente una nueva Constitución, es bueno. Ahora que esa nueva Constitución se vaya a discutir en un Parlamento binominal es un poco ridículo.

¿Tiene buenas expectativas del segundo mandato de Bachelet?

Bachelet tiene condiciones muy favorables, pero mi impresión es que no las va a aprovechar.

¿Por qué cree eso?

Porque acarrea con el lastre del modo de hacer política de la Concertación, de las mentalidades de la elite concertacionista, de la burocracia concertacionista, por eso.

Usted dice, respecto del PC, "los quiero mucho, espero que les vaya bien, pero no creo que les vaya bien", ¿usted cómo cree que va a terminar el regreso del PC al gobierno?

Es muy difícil de decir, si tuviera esa bola de cristal… no lo sé, a estas alturas de mi vida estoy escribiendo mis memorias y me doy cuenta que también me he equivocado muchas veces.