De todas sus reapariciones del último tiempo, será con toda seguridad la más multitudinaria. Y aunque compartirá tiempo y lugar con las figuras del pasado, presente y futuro del cancionero nacional, es muy probable que concentre toda la atención de la fiesta. Jorge González será el protagonista estelar de la nueva edición de la Cumbre del rock chileno, a realizarse el sábado 7 de enero en el Estadio Nacional. Por lo demás, será su quinta participación en el evento, luego de sus presentaciones de 2007, 2009, 2010 (en el encuentro chileno-argentino El Abrazo del Parque O'Higgins) y 2012, donde recibió el premio Icono del rock por parte de los nuevos créditos de la escena.
Esta vez, la idea de sumarlo por parte de los organizadores, la productora Osyos -y pese al complejo proceso de rehabilitación que atraviesa tras el infarto isquémico cerebeloso de 2015-, estuvo desde el primer minuto. Cuando a fines de septiembre se empezaron a cerrar los primeros nombres, los promotores contactaron a los representantes del ex Prisionero y le ofertaron la propuesta. Pero la respuesta quedó en espera: las secuelas con las que batalla desde el año pasado, básicamente centradas en su habla y en sus capacidades motrices, aún condicionan su actividad habitual como músico, sobre todo a la hora de mostrarse sobre un escenario.
Pero lo que destrabó las dudas y facilitó su arribo al festival veraniego fue su show íntimo del pasado martes 25 de octubre en el bar Liguria, instancia que se mantuvo en absoluto secreto, donde desplegó cerca de 60 minutos de música y un total de 13 canciones. Ahí, sus representantes se convencieron que González, con disciplinada preparación y ayuda de su habitual banda de músicos, podía sostener una presentación sin grandes complicaciones.
Con ese escenario, su fichaje en la Cumbre del rock nacional se cerró con el transcurso de los días, pero también bajo algunas condiciones. Por ejemplo, el cantante estará alrededor de 30 minutos, con opción de que pueda sumar un par de temas. También la idea es que salga en un horario estelar, pasada las 20 horas, cuando la noche empiece a caer en Ñuñoa. Y aunque su actual condición lo obliga a estar sentado, será secundado por su agrupación de la última década, en formato eléctrico y con mayor peso sonoro.
Por estos días, precisamente el hombre de Fe junto a sus instrumentistas y compañeros -Gonzalo Yáñez, Pedropiedra, Felipe Carbone, Jorge DelaSelva y Eduardo Quiroz- alista los ensayos y prepara el repertorio para esa noche de enero. Pese a que se estiman algunos cambios, no será nada que difiera de modo radical de lo exhibido en el Liguria: un repaso por sus composiciones más personales del último tiempo, trabajadas en su solitaria vida en Berlín -como Trenes o Hay que creer-, hermanadas con sus himnos de toda la vida, desde El baile de los que sobran y Tren al sur, hasta Amiga mía.
En su agenda, aún no hay proyectos concretos para lo que vendrá tras el encuentro rockero. Tampoco hay intenciones trazadas para presentaciones más inmediatas. Por lo pronto, se estima para las próximas semanas la salida de una antología de grandes éxitos en solitario y el videoclip del single Hay que creer, parte de su última entrega, Trenes (2015). Además, su regreso al Nacional se dará casi un mes después de cantar en el mismo reducto, cuando el pasado fin de semana abrió el bloque de cierre de la reciente Teletón.
Por su parte, el festín musical empezará al mediodía y también ha anunciado a nombres como Los Tres, Lucybell, Chancho en Piedra, Gondwana, Manuel García, Joe Vasconcellos, Los Tetas, Nano Stern, Nicole, Los Miserables, Weichafe, Francisca Valenzuela, Pedropiedra, Javiera Mena, Guachupé, LOPEZ, Alex Anwandter y Ases Falsos, entre muchos otros.
Las entradas se pueden comprar en el sistema Ticketek.