Mientras veía el sábado por la noche el amistoso entre Brasil y Honduras (5-0), en un salón del hotel de Chile en Toronto, Jorge Sampaoli se terminaba de convencer de que el duelo de hoy supone un desafío de alto riesgo.
Y es que para el DT, la "Verdeamarela" es por lejos la mejor selección del mundo, incluso sobre España. Una evaluación que comenzó a forjarse en la Copa Confederaciones y que se acrecentó en los últimos amistosos. "Este equipo tiene el balance perfecto. Está muy bien compensado y es ofensivo. Si uno quiere encontrarle defectos, realmente es difícil que los detectes", dijo el transandino en la víspera.
Por ello es que esta antesala ha sido tan especial para Sampaoli. Incluso más que la vivida en Londres, cuando se venció a Inglaterra por 2-0. La calidad individual del "Scratch" le quita el sueño al entrenador, quien no quiere estropear la gira con un resultado adverso.
Por ello, en Canadá, no ha dejado nada al azar, tomando en cuenta, además, que a Brasil no se le logra vencer desde agosto del 2000, por las Eliminatorias a Corea y Japón. Esa noche, la "Roja" venció 3-0, con tantos de Estay, Zamorano y Salas, y Nelson Acosta en la banca.
Desde ese partido jugado en el Estadio Nacional, el "Scratch" sentó una superioridad tremenda sobre Chile, que incluye varias goleadas, tanto en partidos oficiales como amistosos. Ni el mismo Marcelo Bielsa pudo con el poderío de los pentacampeones, que en tres partidos le convirtieron 11 goles. No logró sacarles un punto.
El último apronte entre ambos fue en abril de este año, en Belo Horizonte. Chile empató 2-2, pero eso no calma a Sampaoli, quien tiene claro que este Brasil es muy diferente, ya que en aquella ocasión utilizó sólo a jugadores del medio local.
"Esa vez no tengo dudas de que Chile mereció ganar, pero ahora las circunstancias han cambiado. Enfrentaremos a una potencia, que desde la Copa Confederaciones no ha podido ser superada por nadie", dijo el DT.
La tensión, incluso, se evidencia en el celo del seleccionador respecto del plantel. En este viaje no quiere a nadie cerca de los jugadores y ayer, por ejemplo, los guardias impidieron que los hinchas dejaran un regalo para los seleccionados. Los encargados de seguridad del hotel dijeron que eran órdenes del cuerpo técnico. Al final, el presente de los chilenos residentes en Canadá era simplemente una torta.
Cambio de esquema
Tomando en cuenta el enorme poderío de este Brasil, que viene de golear a Honduras con varios suplentes, y las lesiones que dejó el partido con Inglaterra, Sampaoli tomó ciertos recaudos. La línea de cuatro que usó en Wembley dará paso en el Rogers Centre a tres defensores y dos carrileros.
La velocidad de Neymar, Bernard y Hulk obliga al técnico a resignar cierto volumen ofensivo. Ahora sólo dispondrá dos delanteros nominales.
"Intentaremos tener el control. De lo contrario, iremos inevitablemente a un camino que nos llevará a perder. La clave será intentar recuperar rápido el balón y no dejar que gobiernen el juego. Por eso tendremos algunas alteraciones en el sistema inicial", dijo Sampaoli para explicar el cambio.
La principal novedad del equipo es la inclusión de José Pedro Fuenzalida como carrilero derecho. El gran damnificado es Jean Beausejour.
El resto serán los mismos que iniciaron el segundo tiempo en Wembley, más Gonzalo Jara por el lesionado Mauricio Isla, quien ayer volvió a sentir molestias en la rodilla derecha. Una alineación menos osada, pero que, a juicio de Sampaoli, es la única forma de controlar el monstruo verdeamarillo.