El lunes, a través de su cuenta en Twitter, el Sevilla oficializó una noticia de la que ya había dado varias pistas: Jorge Sampaoli se transformó en el nuevo entrenador del club andaluz, en reemplazo de Unai Emery, tricampeón de la Europa League, quien continuará su carrera en el PSG. "Jorge Sampaoli firma por dos temporadas en el #SevillaFC", comunicó la entidad en la red social. El mensaje iba acompañado de la nota que publicó, en los mismos términos, el sitio oficial. Además, iba ilustrado por una fotografía en la que el ex seleccionador de Chile le estrechaba la mano al presidente del club, José Castro Carmona.

A miles de kilómetros de distancia, al otro lado del Atlántico, la ANFP seguía atenta el desarrollo de las tratativas. Indirectamente, también era una parte comprometida. Debía recibir una fracción importante de las utilidades del contrato por dos temporadas que acababa de suscribir el casildense.

El 19 de enero, después de una dura negociación, el presidente Arturo Salah salió al frontis del edificio corporativo para decirle adiós al estratega que condujo a Chile al Mundial de Brasil 2014 y al título de la Copa América un año después. Un saludo tibio y protocolar, que se limitó a un apretón de manos antes de que el casildense abordara su vehículo. Una escena fabricada para los medios de comunicación.

Ese día se acordaron las condiciones de la desvinculación. La delicada relación entre ambos forzó las concesiones. La ANFP cedió sustancialmente en relación a los US$ 6,3 millones que estipulaba la cláusula de salida suscrita originalmente con el directorio de Sergio Jadue en caso de una salida decidida unilateralmente  por cualquiera de las partes. Era el primer paso.

El pacto involucró que en Quilín asumieran el pago de US$ 1,8 millones por el finiquito. Es decir, el sueldo proporcional de enero, las vacaciones y premios por las Eliminatorias. Sampaoli, por su lado, renunciaba a los US$ 2,4 millones correspondientes a los estímulos que obtuvo durante la Copa América  y se comprometía, además, a restuir otro millón de dólares a la entidad una vez que suscribiera un nuevo contrato. Todo fue respaldado delante de un notario público. "Llegamos al mejor acuerdo posible, considerando que teníamos una situación bastante compleja. Estábamos en una posición bastante débil para la ANFP. Podíamos tener que llegar a pagar US$ 10 millones", graficó, entonces, el vicepresidente Andrés Fazio.

Hace algunos días, cuando estaba a punto de definir su futuro, Sampaoli asumió la deuda. A través de un emisario, en pleno proceso de negociación con el club andaluz, se contactó con la ANFP para coordinar el traspaso de los recursos que estaban involucrados en el acuerdo que suscribió con Salah y su mesa directiva.

En el ente que rige al fútbol chileno valoraron el gesto que tuvo el seleccionador, más allá de la obligación contractual . "Jorge ha manifestado su intención de pagar. Hay una persona especialmente contratada por Sampaoli que se ha contactado con nosotros para coordinar esa situación", confirmó a La Tercera el secretario general del organismo, Sebastián Moreno.

Los plazos calzan a la perfección. Según los términos de la desvinculación, el entrenador tiene 60 días  desde la firma de su nuevo contrato para concretar el traspaso de los recursos. Ambas partes deben coordinar el mecanismo que permitirá integrar esos fondos a las arcas de la corporación. Eso depende también del flujo de los recursos que entregará el Sevilla a Sampaoli.

El trámite. al margen de los recuerdos y los resultados que dejaron sus pasos por O'Higgins, Universidad de Chile y la Roja, es lo último que liga al entrenador con el fútbol chileno.